Al día siguiente llegué temprano a la universidad, para mí sorpresa ya Barbie estaba allí, ¿que le habrá pasado? Camine con rapidez a ella y me senté a su lado.
— ¿Y tu qué tienes? — Le pregunté.
Ella me miró y después recostó su cabeza en mi hombro.
— Me duele el pezón — Me dijo.
Yo puse los ojos en blanco y la aparte de mi, Barbie y el anciano eran demasiado activos sexualmente.
— Viviano quería hacerlo está mañana, pero te juro que ya las piernas no me daban, así que huí — Yo respire profundo.
Barbie y su mala costumbre de decir ese tipo de cosas.
— Se me había olvidado preguntar cómo te fue en la luna de miel — Le pregunté.
— ¡Genial! Visitamos tantas playas, y en cada una hicimos el amor — Me dijo soñadora.
— Que raro que Clau aún no haya venido — Le dije para cambiar de conversación.
— Si, que raro — contesto Barbie.
— Tal vez se le pagaron las sábanas — comento Barbie.
Yo asentí sin dar importancia.
— ¿Que tal te fue a ti ayer? — Me preguntó.
Estaba debatiendome en decirle lo del hermano o callarlo.
— Por tu cara se nota que te fue terrible — Me dijo.
— Peor que eso — Le contesté.
Barbie me dió un golpe en el brazo y me señaló a una chica rubia vestida de rosa que estaba caminando a nosotros.
— Hola niñas — Saludo Clau y se sentó junto a mi.
— ¿Que carajos le pasó a tu pelo? — Le pregunté.
— conocí a un tipo hermosísimo, pero le gustan las rubias, así que me compre una peluca — Nos dijo con una sonrisa.
— Se la quitas tu o se la quito yo — Le pregunté a Barbie.
— Mejor tu, de igual forma ya eres la mala en nuestro grupo — Me dijo Barbie.
Yo levanté el brazo para arrancarle esa peluca y Clau se levantó de inmediato.
— ¡Claudine! Quítate eso, te ves terrible, si un hombre te va a querer debe hacerlo como tú eres, mira Barbie, ella es un desastre y se casó con Viviano — Le dije.
Barbie me dió otro golpe en el brazo.
— Viviano dice que soy perfecta — Me dijo.
— Barbie, a ese tipo le brillan los ojos cuando te ve, obviamente va a decirte mentiras piadosas — Le dije.
Barbie abrió la boca un poco y después la cerró.
— Kendall tiene razón, no deberías cambiar por ningún hombre — Le dijo ella.
Clau se volvió a sentar a mi lado y nos miro.
— Él es tan lindo, creo que nosotros podemos tener algo bonito, parecido a lo que tienes tu con Viviano — Le dijo ella a Barbie.
— Cuando llegue el indicado lo sabrás, y no tendrás que aparentar ser otra persona — Le dijo Barbie.
— ella tiene razón, si un hombre te ama, te querrá tal y cual eres, y tu pelo n***o rizado es precioso — Le dije.
Clau se quitó era horrible peluca y la puso en la mesa.
— Las quiero mucho chicas — Nos dijo.
— ¿Y quien es el tipo? — Le pregunté por curiosidad a Clau.
Ella sonrió y saco el celular, me mostró una foto y la verdad el tipo estaba demasiado bueno.
— Es el cirujano de mi tía, ayer nos lo tropezamos en un centro commercial, yo me había caído y él me ayudó a levantarme — Me contó soñadora.
— ¿Y por eso te enamoraste de él? — Le pregunté.
Barbie estaba que se carcajeaba.
— ¿Como sabes que le gustan las rubias si lo conociste ayer? — Le pregunté.
No estaba comprendiendo.
Clau empezó a pasar las fotos del i********: del tipo y en efecto, el tipo salía acompañado de rubias.
— Clau, no es por ser racista ni nada, pero a tu piel bronceada no le va el rubio y menos ese platinado, a ti te queda divino el color n***o — Le dije.
— ¡Gracias! Pero de verdad quiero conquistarlo — Me dijo.
Yo le pase el celular a Barbie para que lo viera, ella casi me arranco el celular de la mano.
— Yo a este tipo lo conozco — Nos dijo.
Clau y yo la quedamos viendo de inmediato.
— ¿de dónde? — preguntó Clau.
— No lo sé, déjame acordarme y después te lo digo —
Las tres volvimos a mirar al tipo en la pantalla, era bastante guapo y un poco mayor.
Lei su nombre en voz alta y después mire a Clau.
— ¿Él tipo es ruso? — Preguntó Barbie.
— Si, y es tan hermoso — Dijo Clau.
Yo me levanté del asiento y recogí mis cosas.
— Vamos a llegar tarde a clases como de costumbre, y todo por un hombre — Les dije.
Las chicas se levantaron y también recogieron sus cosas.
— Vamos — Les dije.
Las tres caminamos a clases, tal vez cuando terminemos a Clau se le haya pasado el enamoramiento tonto con ese tipo.
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Eataba sentado frente a Óscar Hanson, el padre de Kendall, hoy había llegado a hablar sobre un par de negocios de los cuales quiero que el invierta, pero él no dejaba de hablar de su hermano y de lo difícil que era para él ser duque, algo que me importaba muy poco, yo le sonreí de tanto en tanto para que él creyera que yo estaba interesado en el tema, pero la realidad es que estaba mirando su oficina y lo aburrida que era, no es que diga que una oficina debe parecer un parque de diversiones, pero al menos debe tener vida, pero está era igual que el hombre que la habitaba, gris y sin chiste.
— Por eso quiero que mi hija consiga un hombre que la ponga a raya, para no manchar la reputación de mi hermano — Cerró diciendo.
Yo le sonreí un poco, esa chica había nacido en la familia equivocada, todos ellos hacían un contraste tan grande con ella.
— Pensé que Kendall era buena chica — Le comenté, ya que el anteriormente me había hablado maravillas de Kendall.
Oscar sonrió un poco y después se puso bastante serio.
— te diré la verdad, esto no es algo que hago todo el tiempo, pero tengo cierta confianza contigo. Kendall es muy desobediente, ella arruinaría la reputación de mi familia si pudiera, obviamente ese lado lo saco de su madre — Me dijo.
Kendall y su madre no tenían nada parecido, eran como el agua y el aceite, pero Oscar tenía razón, Kendall era desobediente.
— Pero la he sabido poner a raya, aunque en algunas ocasiones hace lo que se le da la gana — me dijo algo molesto.
Yo trate de no sonreír, era obvio que esa personalidad rebelde iba a salir, la chica era como un volcán dormido.
—Entiendo su posición, las chicas cuando están en esa edad se vuelven un poco rebeldes, por ejemplo, mi hermana pequeña ya se casó — le dije.
El hombre me miró con el ceño fruncido.
— ¿Que edad tiene su hermana? — Me preguntó.
— Va a cumplir veinte — Le dije.
Oscar sonrió de inmediato.
— me imagino que se caso con un buen hombre — Me dijo con una sonrisa.
Yo sonreí un poco, creo que había metido la pata.
— Si, su esposo es Viviano Lombardo, tiene algunos negocios aquí y la mayoría están en Italia — Le dije.
— He escuchado hablar de él, ¿y como hiciste para casarla con él? — Me preguntó.
Ya se a donde quiere llegar este tipo.
— La verdad no hice nada, mi hermana se enamoro de él, y se casaron, de hecho lo hicieron hace un par de semanas — Le dije.
Oscar se veía extraño, y si no estaba mal el iba a decir alguna estupidez a continuacion.
— ¿Ayudarías a mi hija a conseguir a un buen hombre? — Me preguntó.
Este tipo definitivamente era un imbécil, como podía pedir algo así.
— Kendall necesita que alguien le apriete el cinturón, y lo mejor para ella es casarse y tener un par de hijos — Me dijo.
Definitivamente este tipo era un idiota.
— No creo que sea eso lo que su hija necesite, tal vez corrigiendo algo de su comportamiento bastaría — Le dije.
Oscar quedó pensantivo por un momento y después asintio con la cabeza.
— Que bueno que lo dices, ya que mi esposa y yo viajaremos por un par de semanas fuera del país, y no quiero dejarla sola, Kendall es una chica muy asustadiza, y odiaria dejarla sola — me dijo.
Yo no estaba entendiendo nada.
— Me iré hoy, por favor cuidala bien, ya cuando regrese firmaré cualquier cosa que me des, así también aprovechas para hacer entrar en razón a mi hija con el ejemplo de tu hermana — Me dijo.
Yo intenté hablar para aclarar esto, pero el se levantó y camino a la puerta.
— Gracias por tu ayuda Caesar — Me dijo sosteniendo la puerta para que me fuera.
Yo me levanté y camine a él, estaba entre la espada y la pared, era cuidar a la chica o perder este negocio.
— Si claro, yo puedo vigilarla sin ningún problema — le dije sonriente.
— Me gustaría que viviera contigo los días que no esté, es que no confío en ella — Me pidió.
Yo trague en seco, esto sí que no estaba en mis planes.
— Hoy mismo enviaré sus cosas a su apartamento y si ella se porta mal, le agradecería que me lo hiciera saber de inmediato — Me pidió.
Ahora comprendo cómo se sintió Viviano cuando Barbie llegó a vivir con él, estúpido karma.
— No se preocupe, cuando usted regrese su hija será completamente distinta — Le dije.
Oscar asintio satisfecho, yo salí de la oficina y me di una patada mentalmente, fui un idiota, ojalá y esa chica se porte bien, o al menos pueda mantenerla con vida hasta que lleguen sus padres.