Mi espalda yacía contra el muelle de madera, mirando hacia adelante a la brillante pantalla de mi teléfono. Harry yacía a mi lado, nuestros hombros se tocaban mientras me veía entrar en mi teléfono, y descuidadamente le permití fisgonear en mis asuntos porque realmente no tenía mucho que esconder de él. Esta vez no estaba en topless, y aunque para su consternación. Le oí un bufido a mi lado. "¿Soy en serio un perezoso por mi foto de contacto en tu teléfono?" "Sí. No tengo una foto real de ti", dije casualmente, apagando la pantalla de mi teléfono antes de dejarlo a mi lado. "Y te ves como un perezoso, entonces." Harry se burló. "Está bien, gracias. ¿Te importaría hacerme sonar menos atractivo?" Antes de que pudiera abrir la boca, sonrió y dijo: "Pensándolo bien, no digas nada. Podría ll