CAPÍTULO VIILEILA permaneció despierta en la cama pensando en el Marqués y en si éste se estaría divirtiendo con la Vizcondesa. Se mostró tan bondadoso y comprensivo, cuando ella le reveló su secreto, que sentía como si una tibieza muy agradable estuviera en sus adentros. –Él es maravilloso…– murmuró. De pronto recordó que al día siguiente regresaban a Inglaterra y sintió un temor indescriptible. Quizás él le buscara algún lugar donde vivir, mas ya no volvería a verlo nunca más. «Jamás lo olvidaré!», pensó, y recordó aquel beso en su mejilla, que le provocara una sensación dulce y desconocida. Era como si una lluvia de estrellas le hubiera recorrido el cuerpo, algo que nunca había experimentado antes. Sin darse cuenta, Leila comenzó a pensar que le gustaría besarlo en los labios. Cuan