10 de enero de 1998, conduciendo por más de 60 kilómetros por hora en la vía que lleva a Tabio- Cundinamarca, Andrés y Lucia van a pasear a las aguas termales. Y se llevan a su pequeña hija Salomé.
Muy sonriente, Andrés mira a su hija, y luego acaricia la mejilla derecha de su esposa mientras conduce.
Lucia le dice a Andrés:
— Ya deseo llegar a esas aguas termales, mi cuerpo lo necesita.
Andrés mira a su hija, y luego le dice a su esposa:
— Salomé está muy contenta, se ve que le encanta pasear.
— Andrés, solo tiene siete años.
— ¿Y?... tiene que empezar a disfrutar de la vida desde temprano, uno nunca sabe cuándo…
Lucia interrumpe a Andrés, diciéndole:
— No dañes el buen momento que estamos pasando, no por favor.
— Estoy diciendo la realidad, eso no tiene nada de malo.
Lucia se asusta al ver que Andrés aumento la velocidad, y le dice:
— Necesitamos llegar a los termales con vida, así que disminuye un poco la velocidad.
Enojado, Andrés le dice a Lucia:
— Siempre quieres tener la razón en todo, pero no es así.
— Andrés, estamos alegando por tonterías.
Salomé se pone a llorar intensamente, y hace que Andrés se desespere bastante por el camino.
De inmediato, Lucia intenta calmar a la niña. Dándole unos juguetes, pero Salomé sigue llorando.
Andrés mira hacia tras rápidamente, y le dice a Lucia:
— ¿Por qué no te pasas para tras y calmas a la niña?
— Ocúpate de mirar adelante, que yo me ocupo de Salomé.
En ese instante en que Andrés mira la carretera, tres vacas le salen al paso y en su desesperación por esquivar estos animales, Andrés choca con otro carro que iba casi al lado. Y se sale de la vía por completo. Chocándose contra un árbol brutalmente.
En ese momento, varias personas se bajan de sus vehículos y corren a auxiliar las personas accidentadas.
Cuatro horas después, Liliana, hermana de Lucia. Y la mamá y el hermano de Andrés, llegan al hospital Campo Victoria. Y le entregan la niña a Liliana, quien se ofrece a cuidar de ella.
En ese instante, el médico sale de cirugía, y les dice a todos:
— Lo siento, el señor Andrés y su esposa Lucia… no resistieron la operación y acaban de morir.
En ese momento, todos los familiares se ponen a llorar y a gritar por la partida tan inesperada de Andrés y de Lucia. Cuando Salomé llora al asustarse con los fuertes gritos.
Dos días después, todos los familiares y amigos están en el entierro de los padres de Salomé.
La mamá de Andrés se desmalla dos veces y es auxiliada por su otro hijo, y demás familiares.
Luego de varias oraciones y de darles la última despedida, Andrés y Lucia son enterrados en bóvedas. Quedando Lucia arriba de Andrés.
Minutos después, Liliana se acerca a Sandra la mamá de Andrés, y le expresa:
— Disculpe señora, necesito hablar algo muy importante con usted.
Sandra acomoda sus gafas y se queda viendo a Liliana de arriba hacia abajo, y le responde:
— Yo no tengo nada que hablar con usted.
Sandra intenta irse con su hijo. Cuando Liliana Coge su mano derecha, y le dice:
— Claro que si señora, tenemos que hablar mucho, se le olvida que usted es la abuela de Salomé y tienes responsabilidades con ella.
— ¡Suélteme!
De inmediato, Jimmy suelta la mano de Liliana de la mano de su mamá, diciéndole a Liliana:
— No escuchaste que la sueltes.
Sandra se quita las gafas, y le expresa a Liliana:
— A mí que me importa la suerte de esa niña, yo nunca la quise y nunca la voy a querer, así que no cuentes conmigo y hazte cargo de ella, para eso tú eres su tía.
Con una lágrima en sus ojos, Liliana le expresa a Sandra:
— Yo no tengo problema en cuidar a Salomé, pero me da tristeza la forma como trata a su propia nieta.
— No molestes más con eso, esa niña no la considero parte de mi Familia.
En ese instante, Sandra y su hija se van del cementerio. Dejando a Liliana con la palabra.
Liliana se vuelve acercar a la tumba de su hermana, y le dice:
— Hermana, yo te prometo que te voy a cuidar a Salomé como si fuera mi propia hija… prometo que como pobre que soy, voy a dar todo para que nunca le falte nada en la vida… yo la haré una mujer de bien, una mujer que pueda servir a la sociedad… me vas hacer mucha falta hermana, no sabes cuánto.
Barrio Unidos, Liliana llega a su casa y le dice a Erica su vecina, quien le está cuidando a Salomé:
— Hola, ¿Salomé te ha dado problemas?
— No, pero antes de quedarse dormida estuvo mencionando a su papá y a su mamá… de seguro que esto va hacer muy duro para la niña, enterarse desde esa edad de algo tan terrible… eso podría marcarle la vida.
— Salomé va hacer una niña fuerte y superara este obstáculo.
— Doña Liliana, es mejor que usted se guarde eso y dígale otra cosa.
— Erica, ¿cuánto te debo?
— Nada, lo hice con mucho gusto.
— Gracias Erica.
En ese momento, Erica sale de la casa y antes de irse a su casa, le dice a Liliana:
— Piense en lo que le dije, no diga nada.
— Salomé no puede vivir engaña toda la vida, que estes bien Erica.
— Bueno.
En ese instante, Liliana cierra la puerta y luego se va a la habitación que le arreglo a su sobrina. Para verla dormir.
Liliana acaricia la frente de Salomé, y dice:
— Mi niña preciosa, espero que seas fuerte y sepas resistir la pérdida de tus padres…
02 de mayo del 2008, Liliana le celebra los quince años a su sobrina Salomé, quien ha cuidado tanto.
En ese instante, Salomé piensa en un deseo y luego se acerca al pastel y apaga las velas. Cuando sus amigas de último grado la abrazan y la felicitan.
Liliana mira desde lejos que Salomé está feliz, y dice:
— Te lo mereces.
Horas después, Salomé se queda hasta tarde de la noche con sus dos mejores amigas de grado, y comparten fotos de chicos. Cuando Liliana sale de su habitación, y dice:
— Liceth y Juliana, no creen que es muy tarde ya, es peligroso que anden en la noche por ahí en las calles.
De inmediato, Salomé le dice a su tía:
— Ellas se van a quedar a dormir, ¿pueden?
Liliana le dice a Liceth y a Juliana:
— ¿Ustedes dos llamaron a sus padres y les avisaron que se iban a quedar acá?
Juliana se levanta del suelo, y le responde a Liliana:
— Hace media hora los llamé.
Juliana mira a Liceth, y le dice:
— ¿Y tú?
Liceth le miente a Liliana, y le expresa:
— Yo les avise en un mensaje de w******p, no te preocupes.
Liliana no queda muy convencida, pero se va a dormir, diciéndole a todas:
— No hagan tanto ruido.
En ese momento, Liceth le dice a Juliana y a Salomé:
— Que les parece si mañana nos vamos de paseo. Y así, seguimos celebrando los cumpleaños de Salomé.
De inmediato, Juliana se levanta y salta de alegría, diciendo:
— Invitemos a los muchachos.
Salomé daña los planes de Liceth y de Juliana, diciéndole:
— Tenemos que estudiar para el examen de inglés y matemáticas.
Liceth coge el hombro derecho de Salomé, y le expresa:
— Si qué sabes estropear un momento.
Salomé les dice a las dos:
— Muchachas, hay que estudiar. Para que, en un futuro no muy lejano, no dependamos de los hombres…