LOS 4 VIAJEROS

1281 Words
Ninguno de los cuatro viajeros tenía la intención de quedarse en la ciudad de Cali, por eso no habían invitado a su común amigo Petronio, ya que este siempre que viajaba a la ciudad de Calí lo hacía por más de tres días. Afanosamente le habían ganado tiempo a las vueltas que se propusieron hacer para poder regresar el mismo día a su ciudad de origen. El Doctor Heleno recientemente había comprado un moderno carro Mazda 626, cuatro puertas, modelo 1989, color verde aceituna. Ni el doctor Heleno ni su esposa Praga sabían manejar pero estaba ansioso por estrenar su nueva adquisición, por lo cual convidaron a sus amigos Gabriel y Luis a viajar hasta Calí. Los esposos conocían muy bien a sus amigos jóvenes, por lo que tenían la certeza de que aceptarían la invitación. Aprovecharon la oportunidad para adelantar el trámite de cesión de los derechos sobre la vieja casa de la mamá de Praga que hacía en favor de ella su Hermano Miguel. La casa estaba cotizada para un crédito bancario en la suma de setecientos millones de pesos. El recorrido inició a las tres de la mañana, eran trescientos kilómetros que cualquiera de los dos jóvenes acompañantes lo realizaba normalmente en cinco horas. La confianza se la depositaron inicialmente en Luis el más intrépido al volante pero a la vez el más responsable de los dos. No hubo contratiempos en la vía , a pesar de la oscuridad de las tempranas horas del día que habían escogido para viajar, la soledad en la carretera y la cantidad de huecos y curvas con pésimos peraltes que se encontraban en el camino. Muy temprano los cuatro viajeros provenientes del sur se encontraban en la ciudad de Calí, Eran las 8:00 a .m. Luis detenía el carro mazda frente a la notaria primera, seguidamente entraron a adelantar los trámites de cesión, entregaron unos documentos. Praga explicó que venían de otra ciudad por lo que los atendieron con preferencia e inmediatamente se ordenó se iniciara el respectivo trámite. Frente a ellos una secretaria de la notaría digitaba rápidamente la minuta del documento de cesión. El gesto de Miguel era admirable y sabiendo de sus ocupaciones sólo lo llamarían cuando el documento esté listo para su firma. Miguel estaba radicado en Calí hace cuatro años logrando posesionarse dentro del mercado de las ferreterías. Era propietario de una bodega principal que abastecía a más de veinte negocios de su propiedad en toda la región. Además se lo conocía en otras actividades comerciales. Luego lo sabría Petronio y el Fiscal Pinchao, que en los últimos meses mucho se estaba comentando del éxito tan acelerado de Miguel en los negocios. La gente no olvidaba la procedencia humilde de Miguel, hijo del buen carpintero, Don Primitivo, muy conocido en la región por sus participaciones como artesano en el carnaval. En sus carrozas solían jugar todos los amigos de Heleno, entre otros Gabriel, Luis y Petronio Los cuatro viajeros del sur, tenían planeado salir de Cali con rumbo a Pasto máximo a las tres de la tarde para poder aprovechar algo de luz y ganar tiempo al destino final. El clima caluroso caía sobre las cabezas de los sureños. El Mazda estaba parqueado frente a la notaría. La secretaria no terminaba la minuta del documento. El tiempo corría, el reloj marcaba cerca de las 12:00 meridiano. Heleno, invitó a almorzar a un restaurante esquinero que permitiera vigilar el carro. Gabriel no quiso comer, el calor lo estaba consumiendo. —En una ciudad como esta lo que hay que hacer es ver mujeres y tomar cerveza fría, solo ustedes provincianos vienen a Calí a comer, ya le pedí permiso al notario para poder tomarme una cerveza fría mientras acaban la minuta—comentó Gabriel. —esta bien, pero no abuses, le increpó Luis. —la chica de la minuta se va a quedar trabajando, le voy a llevar algo de comer y tomar para que termine rápido, continuó Gabriel. —buena idea, así nos vamos temprano— le dijo Praga. Gabriel volvió solo a la notaría llevándole un exquisito refrigerio a la bella Carmen. La tarde era calurosa, en la notaría la gente entraba y salía , solo los del sur estaban pendientes en las oficinas de registros. —¡Ya casi termino ! – dijo la secretaria. —¡Claro con mi eficiente ayuda ! —, insinuó picaramente, Gabriel. Todos se habían dado cuenta que Gabriel no le quitaba la mirada a los escotes de la secretaria. Mientras ella digitaba el viejo computador y el ventilador giraba por el pequeño cubículo de registros ubicado demasiado cerca de la secretaria, se le abanicaba el cabello y el viento parecía que quisiera romper la delicada tela de velo floreado que en nada disimulaba sus senos redondos y juveniles. El botón superior blanco estaba a punto de deslizarse por el ojuelo que sostenían y cubría su escotado pecho. Entre sus piernas y el vientre rozaba la mesita corrediza del teclado del computador, que con el movimiento desprevenido de su cuerpo rígido por la tensión de su trabajo, hacía que la abertura de la falda mostrara los límites de un deseoso secreto de una forma uniforme y continua. . El sudor y la transparencia de sus prendas le daban un tono sensual al cuerpo canela de la simpática señorita . Luis no decía nada, Gabriel seguía revoloteando por el estrecho espacio de trabajo de la secretaria y como ya había roto el hielo en la oficina con sus chistes de provincia, esto le permitía tener en sus manos una nueva cerveza. La secretaria anunció que terminó y que llevaría al Notario el documento para que lo revisara. Praga llamó a su hermano Miguel quien no tardó mas de veinte minutos en llegar. El notario notó la existencia de un gravamen en el registro que no se había levantado, motivo por el cual no podía adelantar el trámite de cesión . Se hizo una serie de comentarios por unos cortos minutos, luego de ello Miguel no puso objeción , era solo un documento que faltaba y que solo se demoraría el tiempo que llegara desde la ciudad de Pasto la respectiva aclaración . Miguel invitó a su Hermana y a sus amigos a quedarse en Calí y como gran coincidencia esa noche haría una fiesta por el futuro matrimonio de Marcelo, el hijo mayor de Don Roque, su mecenas en esta región, un hombre al cual le debía la fortuna que en esta época tenía y que le permitía ser generoso con sus familiares como por ejemplo en este caso , cederle sus derechos sobre la casa de su mamá a su hermana Praga. Mañana se firmaría el documento. Fue tan comentada la fiesta, que el notario apenado por no haber podido hacer el alto en el registro del documento de cesión sacó una botella de Buchanan, brindándoles atentamente un trago, sabía quien tocaba sus puertas y no iba a perder la oportunidad de ganar unos buenos clientes. Eran las seis de la tarde, después de unas llamadas de Miguel, todos incluido el notario salieron a despedir al rico soltero amigo de Miguel. Gabriel se dirigió al Mazda llevando en su mano un vaso de whisky que movía con especial cadencia, dentro de él hacía saltar un botón blanco. Una general sonrisa de los últimos usuarios de la notaría aplaudían con admiración el hecho como queriendo legitimar una conquista sutil en un tiempo y espacio no común. Mientras se subían a los diferentes carros las risas continuaban. Gabriel tomaba su whisky hasta su última gota acariciando con su lengua el botón blanco que caprichosamente se pegaba en el fondo del vaso
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