Capítulo 4

1001 Words
Maximiliano. Ya pasaron como 5 días desde que llegue de mi “viaje de negocios”. Bueno, si eran de negocios, pero solo serían 2 días, pero yo me tome 10. Perdón, pero quién se puede negar a 8 días de descontrol en Ibiza, el mar Mediterráneo y lo mejor de todo coger hasta que ya no te responda tu amigo. Debo aprovechar de salir y estar libre, porque después de mi matrimonio todo esto deberá ser bajo siete llaves y no podre andar por ahí con las “amiguitas de dudosa reputación” Jamás busqué una foto de esa mujer, ya que jamás me dejaría ver en público, ya me imagino que debe ser todo un espécimen, porque si sus padres tuvieron que valerse de buscarle un marido. “Por dios señor, protégeme”. A penas piso suelo americano, mis padres me esperan y me tienden un contrato prenupcial que la muy maldita de mi futura esposa redacto. Los puntos que más me sacaron de quicio fueron que al estar casado, si ella creía que no era suficiente para su persona, se podría disolver todo y cada cual se llevaría su patrimonio. Pero las cláusulas eran las siguientes. . -1. No se permitirá el engaño, ni en público, ni en privado. . -2. Al descubrirse la infidelidad, la parte demandante podrá poner término a toda relación laboral marital. Y la otra parte no podrá interponer ningún tipo de recurso de protección o interponer una demanda. 3.— si el matrimonio no fuera fructifico para ambas partes, cualquiera de ambas partes podrá solicitar el divorcio por mutuo acuerdo. Con todo esto y su orgullo de hombre ya rechazado por una mujer que no era merecedora de nada, y esto no se lo pondría fácil. . — su esposita va a conocer lo que es bueno. — de eso se encargará él. Y él, con el odio vivo hacia su futura esposa, también redacto unas cláusulas, las cuales eran… 1.— que jamás se acostara con ella. 2.— que yo podre tener una amante oculta. 3.— lo más importante que nadie sabrá que somos un matrimonio. Bajo ninguna circunstancia. Con una sonrisa como la del recepcionista de mi pobre angelito (la película). Envío el correo al abogado de su futura esposa. Mis amigos se han burlado de mí, de que quizás mi esposa sea un asco, un adefesio. Estoy a tres días de mi maldita boda y quiero olvidar todo. Con decir que no me interesa nada, que ni siquiera me ha interesado buscar fotos de cómo será mi “futura esposa”. Estoy tan frustrado y colérico que lo único que quiero es irme de tragos y estar entre las piernas de mujeres guapas que quieran ser cogidas por un hombre de verdad. Con mis amigos, Mickey y Dastian ellos han sido mis cómplices en muchas locuras, como hoy que estamos en un club exclusivo el cual pertenece a un amigo. Así que estamos celebrando mi despedida de soltero, ja, ja, ja, aunque por nadie del mundo voy a dejar de ser quien soy y a esa ni un pelo le tocaré, siento hasta asco. Mi cabeza sigue pensando en todo lo que este matrimonio con lleva, o más bien el porqué. ¿Los chicos creen que los padres de esta tipa la necesitan casar urgente. ¿será que es fea? ¿O muy puta? NOO! ¡Qué vergüenza emparentarme con una golfa, porque las putas son solamente para ser folladas duro y no para esposas! — ¡Lucas, amigo nooo! — grito ya ebrio, tráeme unas chicas para poder sacarme esta frustración, hay que celebrar que me haré más rico… Efectivamente, llegaron unas mujeres, unas bien voluptuosas, operadas hasta decir basta, pero sique sabían saber hacer su trabajo con la boca, eran unas profesionales quitando el estrés. A una de ellas la tomo y la pongo en cuatro y de una sola estocada entro en su interior y la follo tan duro que la muy maldita grita tan fuerte que es posible que hasta en la barra del local escucharon. Ya se cumplieron tres días en este lugar y no sede mí, lo único que sé es que no llegaré a ese lugar en mis cinco sentidos. A mi entierro no quiero llegar y verle la cara de la niñita esa ni la de nadie. — Maximiliano, ¿no crees que ya deberíamos de irnos, hoy es tu boda? — me dice Dastian —eres un agua… Fíes… Tas quiero… una a… Maaaamaadaaa… — grito eufórico. Llega una de las chicas y la hago agacharse y hago que se trague mi m*****o y me derramó, sacó mi polla y la echo como si no fuera nada, solamente quería olvidar mi maldito matrimonio. A penas lo lograron sacar del local, ya debían ir a la boda, se cambiaron en la limusina, se cambió el novio, ya lleva como media hora de retraso y está completamente ebrio. Sus padres lo ven llegar y no puede sostenerse en pie, pero la novia acepta que él firmara su enlace, con pena y rabia se les declaró marido y mujer. Sus padres quisieron justificar su actuar, pero no pudieron; ya llevaban muchos años justificando sus acciones. Solo esperaban no haber cometido un error en casar a una joven buena con su hijo. Todos los días, veían que las cosas no avanzaban y empezaban a cuestionarse si hicieron bien o no, pero ambos padres estaban determinados a tomar cartas en el asunto si algo pasaba. Solo queda esperar y solo rezar. Ellos actuaron de esa manera porque sabían que ella podría hacer de su hijo un hombre de bien moralmente hablando. Aunque es mayor que su hermano, aún querían procurar por él y esperaban de corazón que Fiorella no sufriera al lado de su hijo. Continuará… --------------------------------------------------------------- Bueno, chicas, ¿qué les parece la historia hasta ahora? Espero que les guste y, como siempre, seguiré con la temática de historias cortas
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