Sentado en la mesa en la cual había pasado una entretenida tarde, Kendall esperaba con un dormido Darío en su regazo, que Morgan volviera de haber ido a dejar a su abuelo a su habitación. Había escuchado muchas cosas de Morgan durante el último par de horas, y tan entretenido como se sintió escuchando las historias de Harry, la verdad es que, cuando los enfermeros y asistentes anunciaron que la hora de visita terminó, Kendall se sintió algo decepcionado por no poder seguir escuchando más. Queriendo seguir escuchando más sobre el alfa, sobre su infancia, de sus travesuras con Harry y... De sus padres que pocas veces fueron mencionados. Sentía curiosidad por saber más. —No deberías de indagar más, Kendall —se reprochó a sí mismo con un tono bajo. Después de todo, sentía que no era justo