CAPÍTULO 3

2030 Words
Karsten conducía su automóvil furioso por toda la vía, sin apartar el pensamiento de cada uno de los eventos que habían pasado ese día en la oficina. ¿Cómo a su padre se le ocurrió tan descabellada idea de casar a uno de sus hijos con una desconocida? Adalberto estaba demasiado enamorado, él aceptaría y él sí que menos, no se dejaría manipular, por su padre. Golpeó furioso el volante en un semáforo cuando detuvo el auto. - ¡Ah, padre! - Gritó en el silencio de la noche. Realmente amaba a ese hombre, él le enseñó todo lo que sabe sobre negocios, él fue esa guía por el cual sea su hijo se levanta con fuerzas para enfrentar la vida, en todos los sentidos fue un padre maravilloso y ejemplar, y sobre todo un buen amigo, pero eso no le da derecho a trastornar sus vidas. Ahora está el tema de la enamorada, ¿Quién sería? ¿Sería una de las mujeres que estaba en la foto?   Esa misma tarde, cuando su hermano se había marchado, dejándolo abrumado con la inquietud. Decidió ir a la oficina de su padre, para aclarar lo que su hermano le dijo pero no lo encontró, la oficina como cosa extraña estaba sola, por eso se dedicó un humear un poco y en un cajón de su impecable escritorio encontrado una fotografía en donde se encuentra dos mujeres jóvenes, una de las chicas era realmente muy hermosa y la otra una chica común, que se abrazaban y reían. El timbre de su teléfono celular lo saco de sus pensamientos, y después de hacer los cambios al auto respondió de mal humor. -Hola  -dijo con brusquedad. Respondió el teléfono aunque tenía por regla no responder mientras conducía, tenía distraer un poco sus tenebrosos pensamientos. -¿Amor? - La voz femenina se escuchó confundida_ ¿Llamo en un mal momento? Salomé conocía demasiado bien a Karsten y sabía cómo manejarlo a su antojo, era algo que el padre de Karsten había descubierto por casualidad de ella y siempre estaba apuntalando, para provocar la ruptura en ellos. - No, Salomé, estoy cansado_ no quiso ahondar en detalles. - ¿Ya vienes a casa? Te estoy esperando vestida con un pequeñísimo ... - soltó una risita coqueta_ ... .conjunto de lencería, para ver si te gusta. -Hum, suena interesante-  murmuró él sin interés. Se consideró muy molesto con su padre, y era urgente que él viajara a Melbourne, donde se encontraba la universidad donde estudiaba la amante del padre _ pero ante de cualquier faena debemos hablar. -¿Hablar? ¿De qué? Tu padre quiere que rompas conmigo otra vez ¿Cierto? - El timbre de la voz chillona aumento el mal genio de Karsten - ¿No acepta que nos casemos? -No, él no tiene que ver en nuestra relación, si yo decido casarme lo haré con la mujer que yo escoja, y no por una impuesta por mi padre o por otra persona - le cortó brusco.   Ella sabía que él era una persona difícil y no podía llegar a todo el tiempo que tenía invertido en esa relación, lo único que ella buscaba era su posición social y su dinero y no lo iba a perder una última hora por un viejo entrometido, pero tenía que ser muy inteligente para vencerlo. Utilice cualquier arma disponible en sus manos para lograr lo que había propuesto. - Bueno, no te enojes conmigo- respiró escandalosa- solo quiero hacerte feliz, mi amor. - ¿Feliz? _ Eso estaba lejos en esos momentos - tenían malhumorado Karsten. Más no expreso lo que pensaba, Salomé no tenía la culpa de los problemas que tenía con su padre. - Ya pronto llegó al apartamento, y hablamos allá - y sin esperar colgó. Karsten llego aún malhumorado, se quitó la chaqueta y atravesó la sala en una economía de pasos y llegó hasta el mini bar y sirvió un vaso con bastante licor, necesitó un comentario para no pensar. -Hum, parece que la cosa es grave - dijo Salomé que salió vestida con un pequeño cuerpo n***o y una diminuta tanga roja, tuvo un cuerpo de ensueño, el cual él disfruta de agrado. Ella como si fuera una gata se le acerco y beso sus labios, solo para provocarlo. Él la miró, pero para su sorpresa su virilidad no se percató de la desnudez de la mujer, se limitó a suspirar y beber el trago de un solo golpe. - Siéntate, tenemos que hablar- le dije preocupado después de servirse otro trago. Ella lo miró parecía e inquietada, por la expresión de su rostro le indicaba que algo estaba mal; se apartó un poco insegura y se envió en un sofá pequeño que está en la sala del apartamento. - Debo viajar por un mes a Melbourne - la miró - y no me puedes acompañar. Necesitaba ir solo, no quería tener a nadie a su lado hasta que pudiera evaluar la situación y saber a qué se iba a enfrentar con su padre. Se removió en el sofá, estas palabras no le gustaron a Salomé. - Pero, yo siempre viajo contigo_ no perdía ningún detalle de la expresión de él. - Si, lo sé, pero debo hacer este viaje solo -  bebió otro trago y suspiro cansado - Necesito averiguar algo y una novia complica mi investigación. - ¿Es de negocio? - ella frunció el ceño. -Si_ dudó al responder lo que le dijo. Ella se percató de la tensión del cuerpo de él. Él caminaba de un lugar a otro mostrando su impaciencia. - ¡No, eso es mentira! - se hizo la ofendida, tenía algo más y quería saber que era_ Es tu padre, él quiere que termines conmigo, para así poder casarte con otra. Con la maldita hija del fantasma. Salomé complicado que perdía lo que había logrado hasta ese momento, era mucho lo que tenía invertido en atraparlo, pero él era un hombre difícil tanto de autor como manipulador, era demasiado sagaz y desconfiado. Él la miro con los ojos entrecerrados furioso. - Ya te dije, que el día que yo me casé lo hago con la mujer que yo escoja_ discusión la voz, y frustrado paso su mano por su cabeza desordenado su cabello - lo siento, pero no es buen momento para esta discusión. Ella vio una pequeña grieta en la coraza del hombre. - ¡Casémonos! _ dijo ella esperanzada en el cansancio del hombre ante la lucha que él tenía con su padre sobre el matrimonio _ tu padre no necesita saberlo, y después le damos la sorpresa. Él la miro con furia. A ella no le gustaba el rumbo que estaba tomando ese asunto. Necesitaba tener ese anillo en su dedo, estaba perdiendo terreno con Karsten. _ ¡No, estás loca! _ Sus ojos relampagueaban de furia ante la manipulación de la mujer. - Entonces, ¿Qué quieres? ¿Quieres terminar conmigo? _ se fácilmente de donde estaba sentada_ porque yo no me como ese cuento de que viajas y yo no puedo ir, sabiendo que tú padre te quiere casar con la hija del socio fantasma. - Yo no he dicho que terminemos_ él la miraba, ella era hermosa, tenía los ojos más azules que nunca había visto, su melena rubia caía sobre sus hombros desnudos. Cuando quería era la mujer más dulce, era dominante y manipuladora, también sabía que era lo que quería. - Eso es lo que dices, pero yo sé que desde hace unas semanas tiene estado muy raro conmigo _ lo encaró con los ojos cristalinos por la amenaza de las lágrimas. - Ha sido por el trabajo ....._ ella respondió las manos y lo interrumpió. Se convirtió y comenzó a salir de la sala. - ¡Déjalo así!  - se cambiará a la habitación matrimonial para cambiar sus vestimentas  - no tenemos nada más de que hablar. Él la buscaría, si algo había aprendido ella de él, era él él le gustaba ser fiel en una relación y además su libido era muy alto, así que pronto él la búsqueda cuando estaba necesitado y entonces él le rogaría y le pondría el anillo en su dedo o no podría acceder a ella _ meditaba ella cuando se alejaba del apartamento.   Karsten quedó solo en el pequeño apartamento rumiando su rabia, no había decidido que Salomé tomará una decisión tan radical, pero si ella quería la separación porque no había tenido problemas. No estaba dispuesto a ser manejado ni por su padre, ni por ella o por otra mujer. Después de un largo rato, se dio cuenta de un baño para tranquilizarse un poco y meditar en lo que iba a hacer. Luego buscó el maletín y saco la fotografía que perdió de la oficina de su padre y miraba a las dos mujeres con furia, una de esas dos era la amante de su padre, y lleno de odio se perdió en como la destrucción. Con mente fría y calculadora se trazó un plan, sí iría a dictar ese seminario, solo era seis horas en carretera, no era tan lejos, viajaría e iniciaría lo que planificó con tanto empeño. Lo primero era localizar a la persona en cuestión, y averiguar todo lo referente a ella. Ver hasta dónde estaba implicado con su padre con la joven. Desbaratar cualquier plan que ellos tuvieran, aunque podrían llegar a lo más bajo con esa mujer. ¿Sería la misma mujer con la que su padre quería casar a unos de sus hijos? Esa pregunta la tenía que aclarar y muy pronto.   Al otro día llegó temprano a la empresa de su padre y se dispuso a trabajar recientemente, dejó el papeleo antes de partir. _ ¿Es verdad? _ La entrada intempestiva de don Gustavo lo distrajo por un momento_ ¿Vas a ir a la universidad? Él miró a su padre serio y de mal humor, si por favor me pasa toda la información necesaria. - ¡Claro que sí! _ Dijo emocionado _ allá vas a tener un asistente que te guiará en todo, no te preocupe ... - No estoy preocupado_ lo miré y quiso sacarle más información, pero le escondí su interés, para evitar que él lo mal interprete. - Allá estudia la hija de .....- Gustavo se interrumpió al verlo a la cara de su hijo. -¡No me digas! _ Las palabras Karsten estaban llenas de sarcasmo. _ Bueno, ella ya está lista para cambiar el matrimonio_ dijo sin la menor vergüenza. _ Y si ¿Ninguno de nosotros quiere casarse con esa arribista? _ Sus ojos se entornaron_ ¿Qué pasaría? El viejo tramposo no esperaba que lo descubrieran tan pronto así que carraspeó para pensar mejor su estrategia. _ Bueno .....- ladea la cabeza de un lado a otro mientras carraspea su garganta _ sería ..... _ Casarla contigo_ terminó el furioso, ahora estaba más seguro de la idea que lo asalto en la noche, que la mujer con la que estaba andando era nada menos que la hija de su socio fantasma. _ ¿Cómo dices? - El viejo se sorprendió por la conclusión a la que su hijo había llegado. Medite en silencio y concluya que así sería más divertido jugar con él y preferiría callarse. _ Que la mujer con la que estás, ¿sabes? Es la hija de tu socio_ lo miraba furioso _ Estaré loco si te dejo casar con esa ..... _ ¡Cálmate, por favor! _ dijo muy serio y buscando la salida de la oficina. Karsten se enfureció nuevamente con su padre, porque no había negado la acusación que él había hecho, y su rostro reflejaba su mal humor. _ ¿Para dónde crees vas? _ Alzó la voz. _ Sin grites, sin mares vulgares __ bajo la mirada al bastón que sostenía en su mano __ y… .voy al médico - giró su cabeza y escondió la risa que apremiaba por salir. _ ¿Al médico? ¿Qué tienes? _ La respuesta de su padre hizo que su enfado se convirtiera en preocupación. _ Solo a revisarme la esperma, ya sabes no quiero que ustedes queden sin herencia, y debo cumplir con los requisitos de un hijo ..... _ ¡Padre! _ Las mejillas enrojecieron por la rabia que su hijo tuvo problemas _ prefiero casarme yo que ...... _ no hablaba por la furia que lo dominaba en esos momentos. _ Pero, como tú dijiste, jamás te casarías con mi ..... _ salió y cerró la puerta y en su rostro reflejaba la euforia que murió, de arrinconar a su hijo. Nunca pensé que todo le saldría como él quería, aunque no era así como él lo planeó, pero igual servía, se fue canturreando feliz, no, muy, muy feliz.
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