Mientras León termina de ponerse el traje y sale del vestidor. Sonrío con satisfacción al ver lo bien que se ve. Me acercó a él. —Ya sólo faltan unos gemelos, una bonita corbata y un buen perfume para que estés perfecto —le digo a él y al empleado que nos está atendiendo. —Si gustan venir por aquí, en el mostrador tenemos todo lo demás —dice el empleado —¿quiere que empaque el traje o se lo llevará puesto? —pregunta el hombre al ver que no tenemos intención de que León se cambie de ropa. —Me lo llevo puesto —dice él. Al empleado no le queda más que aceptar puesto que el cliente siempre tiene la razón, más en estas tiendas que lo que se supone que venden más que un producto es una experiencia. Caminamos después de él. —Me siento raro —dice León moviendo su cuello a los lados, se ve qu