Hasta que tu muerte nos aleje

Tras las huellas del enemigo

Esmeralda quería ser quién le hiciera inteligencia a su ex compañero de clases para saber qué lugares frecuentan y en qué horarios lo hacía, de esa forma sería más fácil planear su venganza y asegurarse de que en verdad se arrepintiera de haberla humillado. Por otro lado, no le parecía justo tener que estar todo el día con un conductor para vigilarlo, pues era muy posible que él se aburriera, así que decidió aprender a manejar aprovechando que su padre le tenía como regalo de 15 años atrasado una camioneta con vidrios polarizados. En un principio se le hizo muy difícil, ya que nunca en su vida había manejado ni siquiera una moto, con mucha dificultad había aprendido a montar bicicleta, y eso que aquella pertenecía a su vecina porque su madre nunca tuvo los recursos económicos para darle una propia. Por suerte Ángel se ofreció enseñarle, solo él podía tenerle la paciencia necesaria para que no se frustrara el proceso. Norman cada vez se daba más por vencido en lo que respectaba a tratar de impedir la relación entre su trabajador y su hija, pues veía que tenían mucha química y aparentemente él estaba muy interesado en ella. Luego de concretar la salida pedagógica se fueron los enamorados a estrenar el nuevo regalo, realmente había valido la pena esperar todos esos años para recibirlo. En un lugar poco congestionado y con mucha paciencia Ángel empezó a explicarle las reglas de tránsito y la manera en que teóricamente funcionaba el carro. Todo esto se llevó una tarde, en la cual él resolvió todas las dudas de la joven y le dio algunos tips para no olvidarlas. Luego de que ya tenía todo el conocimiento abstracto en su cabeza procedieron a intentar materializarlo, inició muy despacio y siempre Ángel en a su lado indicándole cómo tenía que hacerlo. Aprendió muy rápido, de hecho, en cuestión de días ya era toda una experta, incluso en zonas que no estaba pavimentadas y contaban con gran cantidad de lodo. Ángel había preparado para todo tipo de terrenos, ya que en su tipo de trabajo era muy necesario saber escapar de cualquier circunstancia y para eso podía utilizar cualquier método de transporte, por eso, era importante que además de carro también aprendiera a manejar moto y supiera movilizarse por carreteras difíciles. De igual forma, aunque supiera manejar, su padre le sugería siempre estar acompañada de alguien, pues ahora que muchas personas sabían que ella era su hija podía estar corriendo peligro. Sin embargo, a la joven le gustaba mucho su privacidad, prefería cuidarse y aprender a defenderse antes que poner su vida en manos de otra persona, además, lo que quería hacer con su ex compañero de clase requería de mucha paciencia y no quería depender del tiempo de los demás, buscaba concentración para garantizar su éxito en la misión.

Una mañana Esmeralda se levantó decidida a cazar a su presa, se bañó muy temprano y se vistió con ropa negra para pasar desapercibida. Tenía unas gafas grandes para evitar sea reconocida y un sombrero un poco sutil, se fue para su antiguo barrio y parqueó su camioneta en la esquina de la casa de su ex compañero de clases, allí pasó gran parte de la mañana hasta que vio que salió y se dirigió a un lugar. Su plan era perseguirlo hasta saber dónde pasaba la mayor parte de su tiempo qué cosas le interesaban, incluso quería ver si podía encontrar alguna persona que para él fuera muy importante para así poder utilizarla como carnada para atraparlo y hacerlo sufrir. A lo largo del día, y después de seguirlo por varias, horas se dio cuenta de que estaba metido en negocios raros, no sabía con qué tipo de trabajos específicamente, pero frecuentaba personas muy extrañas y le llevaba unas cajas pequeñas. Justo en el tramo de la mañana estuvo con el uniforme de la escuela haciendo ese tipo de trabajos, era muy factible que sus padres ni siquiera estuvieran por enterados de que el joven no estaba asistiendo con regularidad, lo que podía servir como argumento en su contra. En la noche visitó a una mujer no muy bonita, parecía que era su novia, puesto que se despidieron muy amorosamente. Con todo este seguimiento Esmeralda ya tenía un panorama de la rutina de su enemigo, pues lo que quería ciertamente era verlo sufrir por algo que le importara realmente. De nada servía matarlo, con eso le hacía un favor, en la medida que terminaría con todos los sufrimientos de su vida, ella quería hacer algo que lo marcara por siempre. Al otro día, regresó al barrio para intertar hacer contacto con las personas de su entorno, para su sorpresa, ese día sí estuvo en la escuela, lo que le garantizaba un margen de tiempo amplio para acercarse a su familia y amigos. Primero fue a casa de su madre para tratar de convencerla de que era una muy buena amiga de su hijo y que quería ayudarlo, pues desde hace varios días notaba que no estaba yendo al colegio, entonces quería saber si estaba enfermo o le pasaba algo grave. La madre le sorprendió mucho con ese asunto, pues ella creía que su hijo era el mejor de la clase y que nunca se perdía de las asignaturas. Esmeralda le pido total discreción para que su amigo no se enterara de que ella estaba tan preocupada como para contarle todas esas cosas a su madre. Esta última estuvo de acuerdo en permanecer callada e investigar a qué se estaba dedicando su hijo, la joven le dio su número de teléfono para que la llamara si descubría algo, al tiempo le reiteró su interés en ayudarlo. Luego de eso, fue hasta la casa de la que pensaba que era su novia para tratar de convencerla de que era una familiar de aquel joven que estaba muy inquieta por sus estados constantes de ansiedad, para que la supuesta novia creyera en sus palabras le hizo creer que él le hablaba mucho de ella por eso había decidido ir a visitarla, pues posiblemente por el vínculo amoroso que tenían ella podía darle pistas sobre el porqué de sus comportamientos extraños. Está joven también cayó en la trampa de Esmeralda, pensando que realmente se trataba de una familiar preocupada le mencionó que desde hace varios meses estaban saliendo como pareja, aunque él no quería exhibirla ante los demás. Siempre las visitas se hacían en su casa y con total discreción, ella estaba segura de que ninguno de sus amigos sabía que estaban en una relación sentimental. Realmente no sabía la razón de esos comportamientos, aunque sospechaba que tenía que ver con su aspecto físico, ella misma era consciente de que no era la más bonita, aunque comprender eso le generaba un poco de tristeza. Esmeralda trató de darle ánimos con respecto a su aspecto físico, también le dejó su número de teléfono para que le avisara sobre cualquier comportamiento extraño y reiterativo del joven.

Gracias a sus descubrimientos en el entorno familiar y social de lo joven, su odio se empezó a implementar, aquel sujeto estaba rodeado de personas maravillosas, una madre que veía en él el futuro de un buen hombre y una novia insegura de sí misma gracias a sus desprecios y creencias acerca de los estereotipos estéticos. Por más que quisiera no podía vengarse de él por medio de una persona importante en su vida, pues aquellas mujeres no se merecían que les pasará nada malo, por el contrario, necesitaban ser salvadas de él. Por esa razón, tenía que pensar en otro plan, empezó a recordar esos tiempos cuando estaban en el colegio, optando por analizar cuáles eran sus mayores preocupaciones en ese entonces, llegando a la conclusión de que al joven le importaba mucho su aspecto físico y de poder. Él quería siempre aparentar ante los demás que estaba en excelentes condiciones y que no sufría por nada, siempre en los descansos les gastaba comida a sus amigos para verse como el salvador, ni siquiera sabían de dónde sacaba tanto dinero, ya que en ese tiempo era muy escaso, y más en ese tipo de contexto miserable, pero él siempre resultaba con algo de efectivo. Gracias a eso tenía muchas personas a su alrededor que ni siquiera estaban a su lado por las cualidades que tenía como persona, sino por lo que les podía brindar. Tal vez una manera de vengarse podía ser haciendo que perdiera todo tipo de beneficios monetarios, pero para eso primero tenía que encontrar la raíz de sus ingresos. Al joven también le gustaba mucho verse bien físicamente, por naturaleza no era puesto, por eso se decoraba lo que más podía, usando pantalones finos, camisas caras y zapatos muy grandes. Muchas de las mujeres bonitas del colegio querían estar con él por su dinero y por el poder que aparentemente tenía, por ese motivo se le hacía muy extraño que su novia fuera aquella mujer que no gozaba de la belleza a la que aspiraba un tipo como él, tal vez por eso lo mantenía en secreto. En resumidas cuentas, para lograr todo lo que se proponía necesitaba dinero, ella se vengaría arrebatándole todos los medios por cuales podía obtenerlo. De esa manera, decidió no seguir más a sus familiares y amigos, sino a los hombres a los que les eran entregadas las cajas. Después de perseguirlo por un rato, puedo observar que iba a realizar otra de las entregas, así que decidió seguirlo para ver quién era la persona que las recibías. El joven llegó a una casa derrumbada a unas cuadras del barrio, allí había un hombre n***o esperando para recibir la mercancía y pagarle el dinero correspondiente. Por el aspecto, parecía que se trataba de drogas, pero no entendía por qué estaba empacada en una caja que era de un tamaño considerable, a no ser que se tratara de mucha cantidad. Ahora solo le quedaba acercarse al tipo que recibió la entrega para ver si podía sacarle alguna información.

Esperó hasta que su víctima se alejara lo suficiente para que no la descubriera, luego de eso decidió optar por su belleza para obtener toda la información que necesitaba. Se acercó a aquella casa como si fuera una mujer extraviada, llamó la atención del hombre para preguntarle por una dirección, él se acercó muy comedidamente para ayudarla en todo lo que necesitaba, su hermoso rostro lo había hipnotizado. Mientras le daba la respuesta a lo que necesitaba, ella saco una botella de agua de su bolso, regándola accidentalmente sobre su pecho. La blusa la que tenía se pegó mucho a su cuerpo por la humedad del agua dejando ver que no tenía sostén puesto, aquel hombre no podía concentrarse en la supuesta información que ella necesitaba por lo entretenido que estaba con su cuerpo. Ella aprovechó para pedirle que la dejara entrar y así poder secarse un poco antes de llegar a su destino. El hombre no desconfío de ella y la dejó entrar, en aquel lugar había muchas cajas, un escritorio y algunos hombres. Parecía ser que el jefe era el n***o que había recibido la caja, pues apenas ella ingresó les pidió a todos que se retiraran para que se sintiera un poco más tranquila, ya que era la única mujer en medio de muchos hombres. Él se fue al baño para traerle un poco de papel y algunos paños para que se pudiera limpiar, mientras tanto ella se percató de que nadie la estuviera observando y con mucho disimulo destapó algunas de las cajas que tenía a mano. Lo que vio allí la sorprendió un poco, en una de ellas había oro, en otra había plata y algunas esmeraldas verdes. Se trataba aparentemente de una red de contrabando de joyas muy caras, lo que no sabía era de donde las acaba el joven del colegio. En ese instante regresó el hombre, así que no pudo seguir inspeccionando las demás, aunque hubiera sido imposible hacerlo con todas, ya que por lo que pudo observar habían más de 300 cajas en ese pequeño lugar. Empezó a secarse con lo que el hombre le trajo, luego le preguntó un poco sobre su vida, puesto que se le hacía muy extraño ver una bodega dentro de una casa abandonada. El hombre no sospechó sobre su interés, por el contrario, le parecía muy normal, muchas personas le preguntaban sobre ese asunto. El simplemente le dijo que era un comerciante que vendía cosas que los demás le traían, todo eso podía comercializarlo a muy buen precio en los mercados. Ella se mostró interesado en el negocio, diciéndole que posiblemente tenía unas cosas para venderle, así que quería saber exactamente qué tipo de cosas recibía y cuáles eran los criterios para aceptarlas. Él de manera muy tranquila le respondió que no había un criterio específico, solo necesitaba que fueran cosas de lujo muy atrayentes para las personas más adineradas del país. Esmeralda le preguntó por el joven que había acabado de arrimar, manifestado que ella lo logró ver, pero también se dio cuenta de que no se demoró nada, así que le preguntó qué tipo de materiales traía el joven en la caja. Sin embargo, cuando el jefe de la bodega escuchó esa pregunta tan específica desconfío un poco de ella, optando por no darle más información a no ser que le llevara algunos productos para el poder comercializarlos, entonces quedaron de verse al otro día para que ella le entregará la mercancía correspondiente.