En evidencia

2254 Words
Aunque la joven tenía mucha sed de venganza la había dejado pensando mucho lo que le dijo la ahora ex novia de su enemigo sobre el sida, debido a que cuando trabajaba en el bar de Víctor estuvo con él en la intimidad justo el día que la humilló, por ley las bailarinas de allí tenían que usar un método anticonceptivo en ese caso el condón. Ella no sabía a ciencia cierta si cabía la posibilidad de que por medio del sexo oral o algún otro acercamiento se hubiera podido contagiar, pues algunos médicos afirman que si una persona tiene alguna herida en la boca y besa a otra que esté sana podría contagiarla por medio de la sangre. Trataba de no pensar mucho en ese asunto, lo más probable era que no tuviera nada, pero quería descartarlo en cuanto tuviera la oportunidad. Ahora su principal objetivo era encontrar la forma de ingresar a la base de datos de los archivos médicos, tenía una gran ventaja, sabía específicamente en qué hospital atendían a ese joven y conocía a la mujer que permanecía en la recepción. Ella era una chica del mismo barrio que en repetidas ocasiones le regaló comida a doña Blanca para que la alimentará, tenía mucho agradecimiento por ella. Se acercó hasta su puesto y le pidió el favor de que le agendara lo más pronto posible una cita con un médico, debido a que se sentía muy enferma. Ella de inmediato la ayudó sin saber sus planes macabros, le preocupaba mucho su salud, así que le agendó una cita que tenía disponible de manera inmediata con uno de los médicos de urgencia. Esmeralda se lo agradeció y se dirigió al consultorio, puso cara de mártir y se hizo la enferma cuando llegó donde el médico, le manifestó que tenía un fuerte dolor de estómago desde hace varias horas, le dijo que también había vomitado y que en la materia que expulsó había un poco de sangre. El médico se preocupó un poco por la gravedad del asunto, y ella que una experta en armar teatros, hizo como si fuera a vomitar en ese preciso momento, el médico corrió a buscar algo para que no ensuciara el piso, pero en ese momento la joven puso seguro a la puerta y se sentó en la computadora para revisar los archivos. Se había grabado de memoria el número de cédula que había en el documento que su ex novia le había mostrado, lo tenía muy claro y lo ingresó para ver qué resultados le arrojaba la computadora. Como era de esperarse, era un paciente registrado en ese hospital, allí aparecía toda su historia clínica y los exámenes que se había realizado en los últimos días, había una prueba serológica y un examen de VIH, este último había salido positivo, lo que significaba que la pobre mujer tenía razón en estar asustada, ahora tendría que comunicarle la triste noticia para que se pusiera prontamente en un tratamiento. En ese momento el médico empezó a tocar la puerta, al ver que cuando intentó abrirla no lo pudo hacer de inmediato sospechó que la joven estaba haciendo algo extraño adentro de su consultorio, pero no podía saber qué era. Ella cerró el archivo, pero no sin antes tomar unas fotos a los exámenes que señalaban que la prueba era positiva. Organizó todo como si no hubiera pasado nada y corrió a abrirle inmediatamente, le pidió disculpas por haberle puesto seguro a la puerta, como excusa puso su condición moral ante personas desconocidas, le reiteró que se sentía muy mal y le dio pena que la encontrará vomitando o en un estado peor. El médico la tranquilizó un poco y le recordó que esa era su profesión que no tenía por qué sentirse avergonzado, de hecho, le traía un pequeño recipiente para que vomitara, pero ella aseguró que se sentía un poco mejor. Le hicieron unos exámenes de rutina y no encontraron nada extraño, ella trató de insinuarle que tenía sospechas de algún tipo de enfermedad de transmisión s****l, por lo que quería que le remitiera una orden para la realización de un examen de ese tipo. El médico se mostró un poco extrañado, pues eso no funcionaba de esa manera, primero tenía que dirigirse a la oficina de planificación familiar y desde allí podrían mandarle todos los exámenes necesarios. Sin embargo, su angustia era muy fuerte y quería resultados rápidos, así que lo más efectivo sería hacerse una prueba particular, se despidió del médico agradeciéndole por la atención prestada y se disculpó por hacerle perder tiempo, en efecto, se sentía muy bien. Esmeralda corrió hasta un café internet e imprimió el resultado de la prueba de su víctima, luego de eso sacó varias fotocopias y esperó hasta que llegará la noche para pegarlas en las paredes de la escuela. Fue un poco difícil ingresar debido a que la escuela era vigilada aún en las noches, pero por medio de las mallas de la parte trasera pudo ingresar sin ser vista, tenía una capucha negra para evitar que alguna cámara la detectara, aunque sabía que eso nunca era revisado por nadie, pero por si acaso tomo sus precauciones. Llenó el colegio con esa información, sabía que al otro día sería noticia en todo el barrio y sus alrededores, su plan macabro había empezado a desenvolverse con total eficacia, ahora solo le quedaban dos días para concretar lo que sería la perdición de aquel hombre malvado antes de irse para México. Esmeralda se acostó muy temprano esperando ansiosa que llegará el otro día para escuchar las noticias de la gente del barrio con respecto a la enfermedad del chico, tal y como lo esperaba, el chisme no se hizo esperar, solo fue que es cuestión de minutos para que todos supieran que estaba contagiado de sida. El joven no sabía quién había podido hacer eso, pues nadie tenía acceso a esos archivos aparte de los médicos, la única era su amada chica que no era muy atractiva, pero la creía capaz de una cosa así. Se fue pronto del colegio, estaba iracundo, llegó hasta la casa de ella para hacerle el reclamo y preguntarle a quién le había dado la información sobre los papeles que tenía en los cuadernos escolares. Ella no respondió sus dudas estaba muy enojada por lo que había descubierto acerca de él y la otra chica con la que estaba saliendo, solo tenía cabeza para hacerle ese tipo de reclamos y él no estaba dispuesto a responderle nada, solo quería saber quién se había encargado de destruirle la vida. Lastimosamente no se lograron entender, cada uno tenía objetivos diferentes, ella simplemente corto de raíz con esa relación, así les doliera mucho ambos era lo mejor. Cuando el joven logró caer en cuenta que estaba terminando algo que por tantos años se había formado, así hubiera sido a escondidas, reaccionó y le suplicó que lo perdonará. Le confesó la verdad, estaba saliendo con varias chicas al tiempo, pero era ella a quién verdaderamente amaba. Sin embargo, ella no estaba dispuesta a estar con un hombre tan poco responsable, quería en su vida alguien que valiera la pena. Cuando terminaron de discutir sobre si continuar o no juntos, lo que dio como respuesta final un “no”, le preguntó sobre su salud, el joven le reconoció que estaba enfermo y no sabía quién había sido la culpable de su desgracia. Ella lo miró muy enojada, pues el único culpable era él mismo por no cuidarse con mujeres de la calle, ahora ella que era tan solo una niña tendría que estar en tratamiento por toda su vida, definitivamente ya no quería saber nada de él, hubiera preferido que solo lo hubiera engañado, pero la enfermedad llegaba hasta el límite de lo que ella podía aguantar por amor. Lo echó de su casa a patadas, manifestándole que no lo quería volver a ver nunca más, de no seguir sus recomendaciones iría la estación de policía para ponerle una ley de caución, de él dependía no meterse en más problemas. Sin mirarlo a la cara cerró la puerta, indicándole que todo había terminado para siempre, el chico estaba muy triste y arrepentido por no haberle dado su lugar en el momento adecuado y también por no haberse cuidado cuando su jefe el de las minas lo llevaba dónde las trabajadoras sexuales. Todo eso lo hacía con la intención de volverlo muy hombre, para que cuándo llegará el momento de trabajar en las minas no tuvieran en su mente la idea de entablar alguna relación con otro de los hombres que allí trabajaban, aunque no sabía si eso realmente había valido la pena, pues hace días no sabía nada de ese hombre y ahora estaba enfermo gracias a sus recomendaciones. Esmeralda lo seguía a cada lugar que iba con una distancia considerable para no ser descubierta, podía notar su angustia, el chico realmente no sabía qué hacer y cómo limpiar su imagen. En algún momento pensó en dejar hasta ahí su venganza, pero se dio cuenta de que realmente estaba disfrutando verlo en una situación tan complicada, debido a que en su momento no le importó humillarla y trapear el piso cuando tuvo la oportunidad. Lo descuidó por un momento para ir a la casa de su ex novia, quería reiterarle a la chica su apoyo frente a esa situación en la que se encontraba, pues sabía que era muy difícil a veces obtener los recursos para las medicinas necesarias en ese tipo de tratamientos y no siempre el seguro cubría todo lo necesario. La chica se mostró muy agradecida, Esmeralda le dio muchos ánimos y le explicó que si la enfermedad se detectaba a tiempo era tratable, podría continuar con su vida normal, de hecho, muchas personas lo hacían, convivían con el virus por mucho tiempo y no se sentían afectadas, solo se necesitaba seguir un tratamiento oportuno y cuidar el sistema inmunológico. Por un lado, en ocasiones se sentía un poco culpable porque el chico se estaba volviendo loco, pero por otro, se dio cuenta de que gracias a su venganza había logrado salvarle la vida a una joven inocente. Si Esmeralda no hubiera aparecido, ella jamás se hubiera dado cuenta de que estaba enferma, pues la razón que la llevó a esculcar en sus cosas fue la visita de Esmeralda, cuando le mencionó que él tenía comportamientos extraños. Además, ella merecía un hombre que la exhibieran ante el mundo y estuviera orgulloso de la persona con la que estaba. la chica realmente estaba agradecida con Esmeralda por haberle mostrado el verdadero camino. Luego de eso, Esmeralda partió hasta la casa de la madre del joven para reiterarle su apoyo en esa situación tan difícil en la que estaba su hijo por no cuidarse en el ámbito s****l, la madre estaba realmente muy alterada, tenía en su cabeza muchos mitos que Esmeralda tuvo que aclararle sobre esa enfermedad. En medio del diálogo le preguntó si había podido descubrir algo sobre el joven que le permitiera ayudarlo, la madre le contó que la última noche lo había notado muy angustiado. Su hijo le manifestó haber perdido la oportunidad de generar ingresos que tenía en el momento, ella no sabía a qué se dedicaba, pero estaba segura de que él no hacía nada malo. Para su sorpresa, Esmeralda decidió contarle la verdad y dejarlo en evidencia con respecto a la comercialización de celulares robados y el maltrato a mujeres que trabajaban a través de la sexualidad, aunque nunca le mencionó que hubiera sido con ella al incidente, en vez de eso le dijo que a una de sus conocidas el joven había humillado en su lugar de trabajo. La madre estaba muy decepcionada de su hijo, tanto así, que decidió echarlo en la casa para que aprendiera a valorar todo lo que tenía y a respetar a las personas. Esa noticia dejo muy feliz Esmeralda, cada vez el joven estaba más desprotegido y con esa nueva desgracia se iba a desesperar más de lo que ya estaba, su venganza, aunque llevaba pocos días, estaba llegando más lejos de lo que ella alguna vez pensó. Se despidió de la señora, pero se quedó justo al frente de la casa oculta en su camioneta esperando a que el joven llegara y le dieran la mala noticia de que ya no tenía ni siquiera dónde vivir. Pasaron dos horas mientras apareció su víctima, con tristeza en sus ojos abrió au puerta y notó que su madre tenía en unas bolsas de basura todas sus pertenencias, con lágrimas en los ojos le decía que él no era nada de lo que ella había criado, estaba muy decepcionada y esperaba que con esa lección que le estaba dando dejándolo solo aprendiera que tenía que ser una mejor persona. El joven no se esperaba eso, se desesperó mucho, no tenía casi dinero para sostenerse solo, casi siempre el dinero que conseguía con su trabajo lo invertía en comida para sus amigos, alcohol, drogas y prostitutas, nunca se había preocupado por ahorrar y ahora la vida le estaba cobrando factura, ni siquiera sabía a dónde ir, con lo que tenía podría pasar si mucho dos noches, pero no podría sobrevivir toda la semana. Empezó a caminar con su ropa al hombro y sin rumbo fijo, su madre ni siquiera le dio explicaciones concretas de su decisión. Esmeralda con mucho disimulo lo seguía y tomaba de vez en cuando algunas fotos para recordar siempre su sufrimiento.        
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