POV LIAM. —Señor, una camioneta negra, con los vidrios oscuros se ha acercado al perímetro de la universidad — me informo mi guardia de seguridad por la línea. ¿Será posible? - ¿Puedes ver su placa? —Pregunte, viendo como Dalila se marchaba a paso rápido. La podía alcanzar, Dalila no era alta. Dos zancadas para mí, eran como tres para ella. Lo haría al terminar la llamada, la llevaría hasta su casa, y esperaba correr con la suerte de probar como se debe esos dulces labios ... tal vez. —Señor —arrugue mi ceño por el tono de voz de Antonini, no era nada bueno lo que escucharía a continuación—. Es la misma placa, es el mismo auto. Todos mis sentidos se alarmaron y mi corazón empezó a palpitar rápidamente. Levante mi vista y Dalila ya no estaba. Joder, maldita enana. - ¿En dónde se enc