Al día siguiente después del trabajo, pasamos al supermercado para traer las cosas que necesitábamos para cena, note que giró en una esquina que no era la que tenía que tomar. –El supermercado queda por allá –señalé detrás. –Al que tú vas, si –respondió –, pero conozco otro donde hay variedad y no está muy lejos. –¿No vamos a cocinar el pollo? –dudé. –Si y el otro supermercado tiene variedad –me vio un momento y luego regresó a la carretera –. Ya lo verás cuando lleguemos. Lo dudé un momento, pero Sebastián también sabe de comidas así que no tiene nada de malo ir a otro lugar a comprar los ingredientes. Condujo unos treinta minutos hasta que llegamos a un lugar, me sorprendí cuando ví lo grande que es, salimos del auto y Sebastián tomó un carrito de compras en la entrada. Vaya que s