NICK Alana estaba parada en la puerta para irse del departamento, cuando le pregunté porqué estaba revisando mi teléfono. Había salido de la habitación con un pantalón limpio, cuando la vi atenta a mi teléfono. No la quise asustar y solo me limité a verla, curioso de saber qué estaba haciendo, aunque por dentro sentí una punzada de incomodidad porque significaba que no estaba confiando en mí al cien por ciento. Ahora estaba frente a mí, después de haberle preguntado el porqué estaba viendo mis mensajes. Tenía la esperanza, en el fondo de que se asegurara de que no tenía novia o alguna chica interesada. La verdad es que las había dejado de ver desde el momento en que Alana y yo comenzamos a volvernos amigos. — Yo... —estaba roja por la vergüenza. Se mordió el labio inferior pensando