CAPÍTULO II-3

2351 Words

—Si voy a ser franco, Alteza, me gustaría que Su Majestad fuera más exigente respecto a esa cosa. —¿De veras?— preguntó Xenia sorprendida—. Pero madame Gyula. El Conde se echó a reír. —Madame es una de esas personas, Alteza, que están siempre angustiadas porque piensan que van a hacer algo mal. Por lo tanto, exagera cuanto se espera de ella… —Ya me estaba asustando. Podría cometer errores y meterme en… dificultades. —Si tiene algún problema o comete algún error, Alteza, puede estar segura de que todo luteniano, desde el Rey hasta su más humilde súbdito, la perdonarían— dijo el Conde con una inconfundible expresión de admiración en los ojos. —Espero que esté usted en lo cierto— dijo Xenia dudosa. —Haré cuanto esté de mi parte para recordarle lo que se espera de Su Alteza,

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD