CAPÍTULO II-1

2006 Words

CAPÍTULO II El acercarse a Viena, Xenia se sintió invadida de pronto por el pánico al pensar en lo que la esperaba. Hasta entonces, todo había marchado bien, pero un centenar de veces al día pensaba que la gente que estaba con ella debía comprender que no era lo que pretendía ser. Aceptaron el hecho de que estaba alterada, atontada, y un poco distraída a causa del accidente ferroviario. Desde el momento en que cruzaron el canal en un camarote privado, con dos policías vestidos de civil encargados de su seguridad, comprendió que la suerte estaba echada y que ya no podría retroceder. Era una suerte, tal vez, que madame Gyula estuviera en peores condiciones que la propia Xenia. Era una mujer de más de cuarenta años y el accidente le había asustado extraordinariamente Una y otra vez, se l

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