Bajamos por las escaleras de servicio, nos adentramos en la cocina y todos los empleados van y vienen atareados lo que nos permite movernos sin problema alguno, nadie parece reparar en que cuatro jóvenes deambulan por la zona sin saber bien a donde van. Por lo que he podido ver es un hotel sencillo, no muy conocido pero que tiene su clientela, no es excesivamente grande ni tiene centenares de empleados pero se defiende –quizás sea nuevo en el mercado, quizás este comenzando y nosotros podemos terminar con ello en un santiamén-.
La idea principal es poder salir por la puerta trasera sin que los ángeles nos vean, apenas estamos a unos metros de la salida cuando un estruendo se hace escuchar, parece venir de todas direcciones, retumba en el edificio, el sonido viaja por doquier y absolutame
