Capítulo 2
Regresé a casa y apenas entré a mi habitación marqué a Clara, quizás ella podría explicarme con más detalles como había sido su experiencia en ese lugar. El aparato timbro dos veces y ella contestó con su típica voz enigmática y escandalosa.
—¡Bere, amiga! —exclamó—. Me alegra saber de ti, ¿ya te sientes mejor? —interrogó deseando saber.
—Hola, Clara, si ya me siento mejor, de hecho ya se me fue la regla, hoy fui al doctor, pero… —hice una pausa tratando de explicarlo y no avergonzarme al hacerlo.
—¿Pero qué? —intervino
—Bueno, es que sentía curiosidad de saber algunas cosas, es que no me dijeron nada y pues me preocupa un poco —puntualice algo ansiosa
—Ah, no te preocupes amiga, es normal, a mí tampoco me dijeron nada, solo que todo estaba perfectamente bien, debes preocuparte si te dicen que hay algo fuera de lo normal —quiso tranquilizarme basado en su experiencia.
《¿Pero que podía saber un par de adolescentes de esas cosas?》
—Entiendo, pero ella me dijo que debía volver el mes siguiente —expliqué y hubo un silencio, el cual me hizo entrar en alerta—. ¿Qué pasa por qué te quedas callada? —insistí saber.
—Vaya, es que bueno… normalmente debes ir por lo menos anualmente —contestó algo seria
—¡¿Qué?! ¡Ay, no! ¿Y si tengo algo grave Clara? ¿Crees que vaya a morirme? —musite llena de terror
—No seas dramática Berenice, quizás no es nada malo, a veces esas cosas suceden, no quiere decir que vayas a morir, solo espera el tiempo y regresa para saber —me aseguró y puse una mueca haciendo puchero.
—Bien, espero no sea grave —declaré compungida
—Tranquila, ya verás que no es nada —me calmó—Por cierto, cambiando de tema, sabes que los idiotas de Franco y Josh estaban hablando de ti, como supieron que ya te bajó la regla, comentaron, iban a esperar las hormonas hicieran su trabajo contigo para aprovechar el momento —chismoceo ella y puse mala cara al pensar en esos ridículos.
《 En sus sueños tendrán una oportunidad conmigo 》
Reflexioné
—Son un par de cretinos, además ni siquiera que ellos sean los dos últimos hombres del planeta, les haría caso, son unos bobos —manifesté molesta.
—Sí, son idiotas, pero Bere, también son los dos más populares de la escuela, no entiendo por qué eres tan difícil al momento de elegir chicos, ellos son guapos y ambos se derriten por ti —explicó a modo de regaño
Hice una mueca torciendo los ojos y es que para mí, elegir un chico no era como si fuera al supermercado, todos los de mi escuela parecían ser patanes e inmaduros, ninguno de ellos tenía las características que yo buscaba, y menos la madurez para sostener una relación con la cual siempre soñé. Porque a diferencia de otras muchachas de mi edad, yo deseaba algo duradero y bonito con un varón que me quisiera.
—Clara, ya hemos hablado de eso, ninguno de ellos piensan con la cabeza, o bueno sí, pero no con la de arriba —solté de mala gana
—Bueno, eso sí, aunque yo olvidaría todo eso únicamente con el deseo de tener una oportunidad con uno de ellos, son tan guapos Bere —suspiró
—De nuevo estás ovulando, mejor vete a dar una ducha de agua fría y en vez de pensar en chicos, concéntrate en el examen de mañana, si vuelves a copiarte de mí, la profesora se dará cuenta y termináramos la dos en detención —recordé la última vez, porque casi fuimos descubiertas.
No entendía el problema de mi amiga, ella podía concentrarse en cualquier otra cosa, menos en sus estudios, de no ser porque en los talleres y exposiciones nos permitían hacer pareja, ella estaría pérdida. Debido a que a su diferencia, yo no podía darme el lujo de sacar malas calificaciones, necesitaba obtener buenos promedios para mantener mi beca y poder ir a una universidad decente cuando me graduara.
—Ash, ni me lo recuerdes, de solo pensar que debo estudiar, ya me duele la cabeza —se quejó
—Eres un caso perdido, no tengo idea lo que harás sin mí cuando vaya a la universidad y tú no, seguramente te veré desde mi mustang en un semáforo vendiendo periódicos —recordé, ella hizo un sonido como de asco y negó rotundamente.
—Eso jamás, amiga, yo soy hermosa, encontraré a un hombre millonario que me pague todas las cuentas y mi vida estará resuelta, ya verás —dijo convencida y con entusiasmo.
—Mucha suerte —contesté resignada a que mi amiga no tenía remedio—. Yo sí debo estudiar para el examen, así que adiós —completé y colgué la llamada.
***
Durante la tarde me concentré en el examen para poder sacar una excelente nota, eso iría a mi promedio y como siempre había soñado ir a Yale para estudiar administración, porque en definitiva no deseaba depender de un hombre para tener lo que quisiera, si algo aprendí a mi corta edad, era la importancia de independencia. Ver el ejemplo de mamá me lo decía todos los días, ella jamás se graduó de la universidad y tuvo problemas por eso, ya que mantenía pocas oportunidades y opciones de trabajo para poder velar por mí cuando todavía no se había casado con Emiliano.
Por esa simple razón organicé mi futuro, concentré mi atención en los estudios y ser la más destacada en todo para ganarme la beca, porque tampoco contaba con recursos económicos para pagar ninguna universidad.
Mamá llegó en la noche de su reunión y trajo consigo a Diamond, él apenas pasó por la puerta, saltó a mis brazos y besé su frente. Mi progenitora se acercó para saludarme dándome un beso en la coronilla y me preguntó por la dichosa cita, le conté lo ocurrido y en su rostro podía ver la confusión, sin embargo, trató de mantener la compostura y dijo que iría al hospital para hablar con la doctora, así saldría de cualquier duda.
***
—Sabes que este fin de semana Lucas hará una fiesta en su casa —empezó Clara con sus inventos. Yo puse los ojos en blanco, pero permanecí en silencio, dejando que viviera su lindo sueño, porque ni en mil años iría a una de esas fiestas. Dijeron que hay una piscina y sus padres no estarán, apuesto a que nos podríamos divertir mucho —intentó convencerme.
—Oh, por supuesto, me divertiría en esa fiesta —anuncié y ella amplió una sonrisa.
—! ¿De verdad irás?!—exclamó llena de emoción
—Sí, solo hay un pequeño problema — puntualicé
—¿Cuál?
—Qué sus padres no estarán—contesté, hizo una mueca soltando un resoplido.
—De verdad eres una aguafiestas, pensé que esta vez te animarías a ir —citó desanimada y encogí los hombros.
—Pues sigue soñando, es gratis y no afecta a nadie —señalé palmeando su hombro antes de entrar al salón de clases.
Esperamos unos minutos y la profesora entró, nos hizo separar los asientos para no poder tener la capacidad de ver a la persona de al lado, luego entrego los exámenes y puso el reloj para que dicho objeto marcara cuando se terminara el tiempo. Clara me dedicó una mirada de terror, avisando que obviamente no estudio, por lo tanto, eso significaba que iba a reprobar el examen.
No pude hacer nada por ella, por el hecho de que nuestra distancia impedía soplarle alguna respuesta, así que lo único restante por hacer, era responder mi examen y salir del salón.
Terminó el tiempo y nuestra profesora pasó por nuestros asientos, regresó a su escritorio y pudimos volver a nuestra posición inicial antes de separarnos, Clara tenía cara de trauma, pero yo no podía hacer nada por ella, le acaricié la cabeza y murmuró con tristeza.
—Parece que si debo buscar a un hombre millonario para que pague todas mis cuentas, estoy acabada —declaró y justo cuando terminó de hablar, una figura masculina apareció en la puerta de entrada al aula, toda la atención de los alumnos se dirigió hacia ese lugar, incluso la profesora quedó embelesada con dicho hombre, pero yo más que llamarme la atención, quedé boquiabierta porque ese tipo era el mismo de la clínica.
Aquel elegante varón con porte tan atractivo, recorrió el sitio con la mirada y nuestra profesora se acercó para atenderlo, desde mi lugar atrás podía oler las feromonas de esa mujer, parecía haber activado el modo coqueteo, porque jamás la vi actuando de ese modo, ella sonrió con alguna cosa dicha por el hombre y luego volteó para decir:
—Berenice Spencer, te necesitan por aquí —dijo la mujer y parpadeé varias veces, totalmente en shock, Clara y yo nos miramos y ella sonrió murmurando.
—Un hombre guapo y millonario, amiga, seguramente viene a sacarte de la pobreza —bromeó y negué para ponerme de pie, podía escuchar los murmullos de mis compañeros, al parecer estaban sorprendidos de que alguien como ese sujeto estuviera buscándome a mí.
Caminé varios pasos hasta llegar a la puerta, él me contempló de pies a cabeza y no hizo ninguna expresión, hizo ademán para seguirlo y miré a la profesora quien asintió dándome el permiso.
Cuando estuvimos fuera, esperé que dijera algo, sin embargo, parecía estar molesto y preocupado al mismo tiempo, se puso frente a mí y con un tono bastante intimidante preguntó.
—¿Sabías al lugar que entraste cuando llamaron en esa clínica, o alguien te envió? —interpeló exigente y puse cara de o entender absolutamente nada.
—¿A qué se refiere, no entiendo? —repliqué necesitando más información, negó soltando un resoplido y volvió a hablar.
—Niña, necesito que me digas si la habitación a la que entraste lo hiciste consiente, si sabías que ese lugar era específicamente para fertilidad, eso quiere decir, que o te equivocaste, o alguien te envió ahí —pugnó molesto
《¿Qué? Espera un momento, ¿Qué?》