Capítulo 23 No tolere más y tampoco seguí luchando contra mis deseos, solo lo hice y la besé, sabía que estaba mal y que era una locura, no obstante mi cuerpo nada más se impulsó a hacerlo. Me deleité saboreando el exquisito dulzor que destilaban yendo al infinito espacio interminable, metí mi mano por detrás de su cabeza introduciendo los dedos entre su sedoso cabello, con mi otra mano rodeé la cintura de Berenice donde pude sentir su pancita abultada, suspiré entregándome a ese momento, pero ella puso las manos en mi pecho cortando aquel sueño. —Cómo te atreves —manifestó desconcertada—. No puedes besarme así, como así Maximilian, no juegues conmigo de esta forma sabiendo que entre tú y yo jamás pasará algo más de un simple contrato, cuando este bebé nazca ya se cortará toda relación y