Capítulo 15 Permanecí callada, mis labios jamás se movieron aun cuando contemplé a Maximilian enojado, sus ojos dentellaban chispas por la rabia, sin embargo, el hecho de pensar que estaría en un lugar por encima de mi voluntad, eso sería la gota que derramaría el vaso. —No puedo quedarme, mi madre se preocupará por mí —expliqué aterrada y la mujer me miró por encima del hombro, como si mis palabras fueran una completa idiotez para ella. Volvió a poner la atención en su hijo, quien intentaba convencerla de no cometer ese error. —Madre, por favor, permite que Berenice vaya a casa, sé que tú y yo podemos resolver esto como personas mayores que somos —intervino haciendo su mayor esfuerzo por mantener la calma. —Cariño, te dije que cuando tomo una decisión, ya no hay vuelta atrás y si es