Thea se incorporó preguntándose por qué su padre no le habría mencionado a aquel invitado la noche anterior. Ojalá, pensó, no fuese una de aquellas interminables almuerzos oficiales, porque en ese caso llegaría tarde a su cita con Nikos. Abandonó la cama y tomó un baño. Había pensado ponerse la falda del traje de amazona, para así poder salir más tarde sin tener que cambiarse de nuevo; pero como había un invitado a comer permitió que Martha le pusiera uno de sus vestidos más bonitos, cuyo color verde claro le hizo recordar el bosque donde había conocido a Nikos. Estaba diseñado a la última moda, con el vuelo de la falda recogido atrás en un gran polisón. El color hacía que su piel pareciera más blanca y sus cabellos más rojos que de costumbre. Se adornó con un pequeño collar de esmeral