EMILY Salí de ahí como alma que lleva el diablo, no quería ver más su estúpida cara ni su estúpido cuerpo sexy y musculoso, pensé que habíamos conectado pero de repente paro, paro como si mis caricias le quemaran, como si le estuviera haciendo daño, se me salieron unas lágrimas de frustración, ¿por qué me hizo esto?, bien pudo negarse desde el principio, por que decidió avanzar y cortarme en el último momento, maldito cabrón, ojalá se le caiga y sea impotente lo que le resta de vida. Llame un taxi, cuando llegue a la salida ya me estaba esperando así que me subí rápido y le di la dirección de casa, no quería estar un minuto más aquí, soy una reverenda idiota, jamás debí venir. Llegué a mi casa agitada, subí a mi habitación rápidamente para que nadie me viera, quería ducharme, pero ni