Emily King
EMILY (presente)
No podía creer que me estuviera pasando todo esto a mí, jamás pensé que Edward me hiciera algo así, jamás pensé que todas aquellas advertencias de mi única amiga se volverían realidad, yo de verdad creí que él me amaba, pensé que correspondía mis sentimientos, pero la verdad siempre es tu más cruel compañera y yo lo aprendí de la peor manera posible, y de la persona que jamás pensé que me haría daño alguno, menos algo tan bajo y asqueroso como lo que hizo él.
Emily 13 años
Desde temprana edad mis padres sabían que no sería cualquier mujer, a pesar de mis escasos 8 años nunca me deje de nadie, era pequeña para mi edad, era delgada como un puto palo, jugaba con los niños, en vez de con las niñas de mi colegio, siempre me criticaban por todo lo que hacía o decía, eran unas perras totales, en cambio, con los niños siempre me lleve de maravilla, jamás me juzgaron por mi apariencia a pesar de ser una niña, una mocosa insignificante según mis compañeras de grupo, una don nadie que parecía una marimacha solo por jugar con los niños, y no hablar tonterías como, ¿Quién es más guapo?, ¿Kyle o Nate?, ¡Ashhh! ¿A quién mierda le importa eso a nuestra edad?, es por eso que me aleje de mis supuestas amigas y comencé a juntarme con los niños, con los más guapos de todo el colegio. Más bien creo que me tenían envidia porque ellos me aceptaron en su grupito y a ellas le hicieron el fuchi.
Los siguientes años transcurrieron igual, Kyle, Nate y yo siempre andábamos juntos, hasta que Nate se me declaró y di mi primer beso por primera vez. Aunque debo decir que en realidad nuestra relación siempre fue… extraña, tomados de la mano y un pequeño beso de piquito era todo a lo que podía aspirar, hasta que me entere de que los babosos de mis hermanos lo habían amenazado.
Ese día llegué a casa bufando como un toro, mis estúpidos hermanos estaban jugando sus estúpidos videojuegos, con sus estúpidos amigos y sus estúpidas zorras aún lado, les desconecte el maldito aparato.
—¿Qué mierda te pasa Emily? —manifestó el estúpido de mi hermano Alexander, el mayor baboso de la historia mundial y por quien solo se acercaban a mí, las zorras del colegio, para poder conocerlo.
—¡No!, ¿Qué mierda te pasa a ti y a ti? —espeté, señalé al otro baboso, Logan, mi estúpido hermano mayor, con la única que me llevaba bien era con Jazmine a pesar de que era la mayor de los cuatro— ¿Por qué amenazaron a Nate?, ¿de verdad creían que no me enteraría?
—¿Por eso te comportas como una malcriada? —declaró Alex— ¿por el idiota de Nate marica Morgan? —todos se rieron, excepto yo, obviamente, estaba que echaba humo.
—El único marica aquí eres tú —todos dejaron de reír en ese momento.
—¿Me llamaste marica? —preguntó con indignación y alzando la ceja, con su mirada de, voy a matarte ahora.
—Así es… Alexander marica King —anuncié palabra por palabra, para que me oyera fuerte y claro.
—Emily, considero que deberías callarte —anunció Logan, como si me importara.
—¿Por qué?, ¿solamente porque tú lo dices? —lo mire a los ojos sin mostrarle ningún signo de debilidad, todos miraban entre Alex y yo, después a Logan, para regresar nuevamente a mí.
—Supongo que deberíamos irnos —habló una de las zorras en turno, yo reí con ironía.
—Si es mejor que se larguen y no regresen, apuesto a que no han besado a Alexander o sabrían que le apesta la boca —noté como Alex se ponía más furioso cada vez— y mucho menos han estado en la cama con Logan o sabrían que le huelen los pies —Logan era más calmado que Alex, sin embargo, ahora dudaba sinceramente que lo estuviera.
—¡Maldita mocosa! —Alex gritó y yo subí corriendo hacia la habitación de Jazmine, sería la única que podría salvarme en este momento— no huyas y ven para acá, me la pagarás, ya verás cuando te atrape —podía contra uno, contra los dos seguramente no, además ya habían comenzado con su entrenamiento para poder estar dentro del consejo.
—¡Jazmine! —grité y entre corriendo a la habitación de mi hermana mayor— ayúdame, esos idiotas no sé qué me harán.
—¿Qué fue lo que hiciste ahora Em? —me regaño, aunque con una sonrisa enorme, se parecía tanto a mi madre que a veces la confundía con ella, pero justo cuando le iba a decir entraron.
—Será mejor que salgas por las buenas Emily King — ese fue Logan, quien habló calmadamente, mientras Alex me miraba con ojos de demonio, yo creo que quería retorcerme el pescuezo.
—¡No! —me quedé detrás de Jazmine.
—¿Estás segura? —hablo Alex, con su sonrisa de diablo.
—Chicos, ¿Por qué siempre están peleando?, ¿tanto trabajo les cuesta llevarse bien?
—Ellos comenzaron todo, amenazaron a Nate, lo llamaron marica frente a sus estúpidos amigos y…
—Y ella también nos llamó maricas —replicó Alex, casi echaba espuma por la boca de lo rabioso que estaba— y dijo un montón de estupideces frente a nuestras chicas.
—¡Por Dios!, ¿Por qué amenazaron a Nate?, ¿le hicieron algo? —preguntó Jaz alarmada.
—No le hicimos nada —espetó Logan calmadamente.
—Sí, no le hicimos nada, solo unas… sutiles amenazas por si intentaba sobrepasarse con Em, y casi se caga del susto, es por eso que lo llame marica —Alex se burló.
—Déjenme hablar con ella.
—Pero…
—Pero nada, Alexander, nada más déjennos a solas.
—Está bien —cerraron la puerta y se fueron.
—Gracias por ayudarme —sonreí, no obstante, Jaz no decía nada, únicamente se me quedó viendo, hasta que después de un rato por fin hablo.
—Em… tienes que entender que Alex y Logan, solamente lo hicieron para protegerte, recuerda que siempre estaremos en peligro, y ellos son los únicos que nos pueden salvar si alguna vez nos llega a suceder algo.
—Eso no les da derecho a…
—Lo sé Em, nada más lo hacen por tu bien, no pelees más con ellos, tenemos que confiar en nuestros hermanos, pero cuéntame, ¿Qué cara pusieron cuando los llamaste maricas? – comenzó a reírse y yo junto con ella.
—Deberías de haber visto sus caras —reí más fuerte.
—¿Y las zorras con las que estaban que hicieron?
—Pusieron cara de asco cuando mencioné que a Alex le olía la boca y a Logan los pies – reímos más fuerte.
—No sé de donde sacas todas esas cosas.
—Solo soy ingeniosa con las palabras, además no me gusta que se burlen de mí.
—Ve a disculparte con ellos por llamarlos así.
—¿Queeeeé?, no, no, no, no, eso sí que no, ¿Por qué me tengo que disculpar por algo que yo no comencé?
—Em, por favor, hazlo por mí, recuerda que cuando no esté más en casa no habrá nadie que te ayude, deberías intentar acercarte más a Alex, contarle cómo te sientes cuando hace o dice cosas que no te agradan.
—Solo hace esas cosas cuando trae a sus zorras a casa —replique con molestia.
—¡Vamos! Inténtalo, anda, te acompañaré para que te disculpes.
Bajamos a la sala donde aún seguían sus estúpidos amigos, no lo haría frente a ellos, sería como admitir mi derrota y yo era muy orgullosa, y cuando me proponía algo siempre lo cumplía.
—Chicos, ¿pueden dejarnos a solas con mis hermanos? —se despidieron y salieron de casa, por fin se largaban —¿Emi?, es tu hora de hablar.
—Yo… —los miré a los ojos— siento haberlos llamado maricas.
—¡Mmmm! —Alex protestó, Logan no había dicho nada aún— que disculpa tan más falsa.
—¿Falsa? —, repliqué— sabía que no tenía que hacer esto —Alex estaba dando la vuelta para subir a su habitación, entonces me quite mi zapatilla y sé la aventé, tenía que admitir que tenía buen tiro, le di en la cabeza, Logan miró la zapatilla volar, mientras Jaz se tapaba la boca con la mano, cuando Alex sintió el golpe, se quedó quieto, sabía que no tenía que provocarlo, pero me había hecho enojar.
—Ahora, si me la pagarás Emily King —mientras pronunciaba esa oración, iba volteando lentamente, se echó a correr hacia donde estaba, mientras yo corría hacia el lado opuesto.
—Por favor Alex, no quise hacerlo, ¡tú me provocaste!.
—Demasiado tarde niña —brinco el sofá que nos separaba y me atrapó, me tumbo en el piso, se subió sobre mí y comenzó a hacerme cosquillas. Sabía que odiaba que hiciera eso, y era su única forma de venganza.
—No, no, por favor, para —hablé entre risas— por favor Alex, ya no más.
—Discúlpate —espetó.
—Ya lo hice —dije mientras lágrimas salían de mis ojos.
—Discúlpate por pegarme —hablo entre dientes.
—Está bien, lo siento, no lo volveré a hacer —me dolía mi estómago de tanto reír.
Cuando dejo de hacerme cosquillas me di cuenta de que mis otros hermanos nos habían dejado solos, tal vez tenía que seguir la recomendación de Jaz y acercarme más a Alex, a mi hermano.
—Ven —me dio la mano para poder pararme.
—¿Alex? —no sé por qué me costaba trabajo hablar con él, es mi hermano y sé que jamás me haría daño, se quedó ahí parado sin decir nada esperando a ver que más decía —¿podemos… ver una película? —se me quedó viendo como si me salieran cuernos en la cabeza.
—Está bien, ¿Cuál quieres ver?, y no salgas con alguna chorrada de comedia romántica, sabes que odio esas películas.
—Hombre, tenías que ser, no tienen nada de malo, ¿Qué tu alguna vez no te has enamorado?, ¿entonces qué quieres ver, porno?
—No —un escueto y rotundo, no, ¿pero no a qué? —no pienso enamorarme nunca y tampoco pienso ver porno con mi hermana menor.
—¿Por qué no te gustaría enamorarte? —olvide lo del porno mejor— ¿no te gustaría estar solo con una mujer?, en vez de usar a tus “amiguitas”, además NUNCA, digas nunca, siempre habrá alguien esperando por ti —rio burlón.
—Para que ser exclusivo si puedo tener todos los cu… —me tape los oídos mientras él reía— y no creo que nadie se enamore de mí, mucho menos creo que "alguien" me esté esperando.
—No me importa conocer tu vida s****l, además ¿Cómo sabes que no te enamoraras?
—Pues a mí, sí, no quiero que te acuestes con ningún idiota —no volvió a mencionar nada sobre romance, así que lo deje pasar, más temprano que tarde me burlaría de sus palabras.
—¿Un idiota como tú? —le pregunté alzando una ceja y señalándolo con el dedo.
—Lo sé, sé que no tengo moral para decirte nada de esto, pero de verdad Em, conozco a los de mi especie, y solo buscan una cosa.
—¿Y piensas que Nate es igual?
—En realidad sí, lo hacía, pero parece que estábamos equivocados.
—¿De qué hablas?
—Olvida lo que dije, de todas maneras ya tienes nuestro permiso para salir con él —puse los ojos en blanco y él nada más sonrió.
—¿Por qué siempre traes a esas chicas a casa?, no me gusta verlas aquí, además solamente me hablan porque los quieren conocerte a ti o a Logan —sonrió con arrogancia.
—Es el precio que tienes que pagar por tener unos hermanos tan guapos —volvió a reírse.
—¡Basta Alex!, estoy hablando en serio, no me gusta que las traigan aquí.
—Entonces ya no lo haremos —hablo con seriedad.
—Bien, tampoco quiero que se estén metiendo en mis asuntos.
—Em, eso no lo puedo garantizar, siempre cuidaremos de ti, aunque no te guste.
—Pero…
—Pero nada Em, te prometo no meter mis narices en tus asuntos, pero siempre me tendrás que decir todo, ¿lo harás? —me quedé pensando.
—¿Y tú me contarás tus oscuros secretos? —protesté medio en broma, medio en verdad.
—Si es lo que quieres lo haré —ahora la que lo miro como si tuviera cuernos en la cabeza fui yo.
—¿En serio?, ¿no me estás mintiendo?
—Yo nunca miento Em.
—Está bien, ¿debemos empezar ahora? —pregunté con burla.
Desde ese día mi relación con Alex fue más estrecha que con mis otros hermanos, no sé cuánto tiempo duraría todo esto, pero mientras durara lo disfrutaría mucho, Alex y Logan ya no trajeron a ninguna otra chica desde esa vez, y siempre platicábamos sobre lo que habíamos hecho en nuestro día, Alex se portaba más cariñoso conmigo y con Jaz, así que cuando Jaz comenzó a salir con John, nos acercamos aún más, porque sabía que ahora Jaz ya no tendría mucho tiempo para mí.