Luego de tranquilizarse ante la idea de visitar a un médico para saber si había algún problema por el cual Kath no hubiera quedado embarazada aún, se mostró mas tranquila. Kath había prometido a Michele que no insistiría en regresar a trabajar a la empresa de su padre hasta que pudiera defenderse ella sola. Sin embargo, debido a los dolores menstruales pospuso las practicas durante una semana. Luego de tres días con su periodo, Kath se encontraba en la amplia cocina de la mansión Brown, terminando de preparar una ensalada fresca. Pasar un tiempo en la cocina la ayudaba a sentirse útil, a no aburrirse dentro e esa gran mansión y también, la ayudaba a no pensar en el contrato que aún no quería pedirle a Michele, quería ver por ella misma lo que contenía antes de encararlo. El aroma del pol