Kath sabía que Michele solía visitar sus clubes nocturnos en ocasiones y que siempre era por trabajo, por lo menos así era desde que se casó con ella. Pero no le agradaba la idea de que fuera a ese club en particular, donde había mujeres desnudas follando a plena vista y, por otro lado, quería conocer a fondo ese lugar, que Michele le hiciera todo lo que no pudo hacerle la noche de antifaces. Quería ir a una de esas habitaciones con el y conocer a ese Michele que aún no se mostraba por completo.
Michele frunció el ceño, para él, Kath no era una mujer para un lugar como esos, Kath era una joven elegante, hermosa y nadie en ese lugar estaría jamás a la altura de ella, aunque en el fondo, sentía cierta excitación s****l por experimentar con ella en la mansión de Riccardo.
Michele lo pensó p
