Kath salió del departamento que le obsequió su padre con el ceño fruncido, con el corazón latiendo descontroladamente y con una mezcla de sensaciones que no tenía la menor idea de como debía controlar. Al salir del ascensor y observar al hombre en la recepción, Kath lo observó con su mirada afilada y achinó los ojos, el tipo no le había informado que en su departamento estaba Michele. El hombre estaba visiblemente nervioso y una gota de sudor escurrió por su frente cundo los vio abandonar el edificio. Michele colocó su mano en la espalda baja de Kath y caminó con ella hasta que salieron. Los hombres de Michele estaban afuera, con discreción rodeaban el edificio como si esperasen una señal para ingresar. Kath los observó y luego dirigió su mirada a Michele. —Dijiste que no me llevaría