Derek se sirvió otra copa, mientras se sentaba a beber tranquilo en su sofá. No podía dejar de pensar en la noche que había pasado con su hermosa luna, era increíble lo maravilloso que era el cuerpo de Selena, lo delicioso que era el olor de su piel, incluso la sensación de su abdomen aumentado de tamaño por el embarazo. Quería más de ella, era como si verla así lo hubiera dejado totalmente embelesado, fuese o no su hijo, la quería junto a él, ya después él podría embarazarla como quería, pero ella tenía que ser suya, ella era suya. Su lobo no dejaba de recordárselo cada vez que la veía. Aceptar las negociaciones con la familia de Adaline había sido una completa idiotez, pues esa mujer no entendía que él no estaba comprometido con ella, ni quería estarlo, sólo quería mantener los comp