La noche transcurrió tan rápido, tanto que Derek casi ni se dio cuenta de cuándo amaneció, si no fuese porque los rayos del sol le dieron directo en la cara, jamás se habría dado cuenta. Ese día era muy importante para él, conocería la imagen de su gemelos en el equipo de ultrasonido del hospital, ya había mandado a conseguir el mejor ecografista para que estuviera a primera hora, además de mandar a buscar a la mejor ginecóloga de la ciudad. Así que todo lo que pensaba que podría estar mal, realmente se mantendría muy bien. Sonrió al ver el cabello de tan exótico color de Selena sobre su almohada y se acercó para despertarla con un beso en la mejilla. —Hola, nena —le habló al oído—. Te haré algo para comer, ve a tomar un baño, para ver a mis cachorros temprano —se burló, mientras ella