Ya más relajado, tras haber estado ese tiempo con su amada, Derek fue al lugar donde tenían prisionero a Frederick, quien parecía más interesado en tener todas sus comodidades, las cuales habían sido implantadas en el recinto según sus exigencias, que en hablar. Dentro de los presentes, destacaban Abel, quien seguía siendo acompañado por Dayana, Jonathan y los dos torturadores que habían estado haciéndole todo el daño posible a Frederick. Después de unos minutos de esperar a que hablara, Derek empezó a perder la paciencia, especialmente porque sentía que ese bueno para nada simplemente estaba atrasando el progreso, demostrando que las condiciones en que lo tuvieran probablemente no cambiarían el resultado. Hizo un ademan para golpearlo, pero Frederick lo miró con una sonrisa desagrada