Relata Lucas: Después de mi divorcio y el quiebre de la empresa de mi familia, precisamente cuando yo tomaba el mando, me sentí como un fracasado. Aunque lo del cierre de la empresa no fue mi culpa, yo no pude hacer nada para evitarlo y eso me mantuvo durante mucho tiempo frustrado. Practicante lo había perdido todo, pero tenía que seguir y no solo por mí mismo. Por eso, comencé a buscar trabajos de niveles más bajos que para lo que estaba preparado, porque sabía que me costaría recuperarme luego del fiasco de la empresa familiar. Luego de una larga temporada de sequía, cuando ya se me acababan los ahorros, recibí una llamada de la empresa de modas G&G y no dudé en ir para allá, quizás esa era la oportunidad que tanto esperaba. Sin embargo, lo que no esperaba, era encontrarme con una