—Ven Moddie, te explico, lo que hago es twerking y el resto es parte de la sensualidad que le añado al baile —señalaba Rosmery mientras hacía el movimiento
—¿Twerking?—pregunte en vista de que desconocía el término
—Sí, el twerking es un baile sexualmente provocativo que comprende de movimientos de caderas y muslos hasta abajo, incluye una postura en cuclillas y esto hace que permita los movimientos y el empuje de las caderas—lo puntualizaba y luego lo demostraba, dejándome interesada en aprenderlo
—Y lo que hacías en la barra ¿cómo se llama?
—¿Dices esto?—refirió subiendo a la barra y contorsionándose de una manera que quedara igual de interesada en aprenderlo, me parecía muy atrevido e ingenioso
—Sí, exactamente, aunque te subías y luego bailabas alrededor de el
—Eso es Pole dance, bailas en él y alrededor también—mientras lo decía la miraba extrañada porque tampoco sabía sobre ese baile
—Noto que tampoco sabes que es ¿cierto?—inquiría pero de un modo no petulante
—Cierto, los desconozco, pero aun asi quisiera incorporarlos en mi aprendizaje
—Ya veo, déjame educarte, el Pole dance es un baile que bien como lo dice el nombre se realiza en una barra como esta—explicaba, tocando el tubo donde ella realiza dicho acto—. Como mencionaste que eres bailarina quizás puedas hacerlo, ¿tienes buena flexibilidad?
—La verdad si, practico desde los diez años ballet y otro tipo de danzas, además de eso practico Pilates
—Vaya, eso es muy bueno, quizás lo aprendas más rápido de lo que piensas. Sin embargo, debes saber hacerlo bien o te lastimaras. Si deseas te podría ayudar, podrías pagarme y te enseño lo que necesitas
—Déjame pensarlo Rosmery, realmente me interesa mucho aprender, pero por los momentos tengo algunos pendientes
—De acuerdo, hagamos esto, cuando decidas, solo búscame y lo hacemos, ¿te parece?
—Sí, excelente, me parece bien
—Ahora debo dejarte, tengo que continuar Moddie, ya nos veremos—mencionaba para volver a la tarima y seguir realizando su práctica.
De allí sin volver a detenerme fui hasta la oficina de mi padre. Apenas abrí la puerta una nube de humo me perturbo la vista, al poder observar que ocurría divise a mi padre fumando en compañía de otros hombres con los que jugaba póker. Era tal la cantidad de humo en el ambiente que daban alusión de ser chimeneas andantes.
—Padre ¿qué demonios es esto?—pregunté señalando lo que hacía y también el cigarrillo que fumaba
—Entonces era cierto, de veras estás aquí Mod
—Sí, estoy aquí y quiero saber que idioteces haces
—Mod, eso no es de tu incumbencia y mejor vete estamos en una partida
—Sí, es que a eso me refiero, ¿desde cuando eres un vicioso a las cartas y al maldito cigarrillo?—pronuncie, estando cerca lo arrebate de su boca y lo tire al piso. Comportamiento que hizo que sus compañeros detuvieran el juego para admirarme sorprendidos
—¡Qué demonios haces Mod, como te atreves hacer semejante grosería!
—No me gusta ver lo que haces, ¿de donde sacas dinero para apostar si me dices que el bar no da lo suficiente?
—Eso no es tu problema y mejor lárgate de aquí
—¡No lo haré!—mencione exaltada, luego de eso seguí hasta donde tenían las cartas y también las tire al suelo, acto que hizo que sus compañeros se levantaran y se despidieran de él, retirándose de la oficina y viéndose enojados por mi actitud. Al ellos marcharse se acercó y me abofeteo, lucia tan enojado que de esa manera lo demostraba
—Eres una maldita grosera desobediente. Te dije que te fueras y mira lo que hiciste. Vete de aquí Moddie, no quiero verte, sabes que tienes estrictamente prohibido venir aquí
—No me iré y no me importa si me lo prohíbes, quiero saber desde cuando haces esto, mírate—lo señalaba ya que lucía demacrado y con la ropa desaliñada—.Tu no eras así padre ¿cuándo te convertiste en esto?
Ante mi reproche el solo me ignoraba, viendo que iba por la cajetilla de cigarrillos para encender otro lo detuve.
—Te estoy hablando, carajo respóndeme
—Moddie, respétame, soy tu padre—vociferó en voz alta, prácticamente gritándome
—No, respétate a ti y a mí, estás hecho un desastre ¿En esto es que gastas el dinero?
—No te hagas, sabes que también te complazco en tus gustos, ¿de qué te quejas?
—Me quejo de cómo te ves, ¿porque no reaccionas de una puta vez?
—Bájale a tu tono y a tus groserías Moddie Fletcher si no quieres que te vuelva a reprender y vete de aquí
—Sabes que si padre, me iré porque no quiero seguir viendo como continuas destruyéndote a ti mismo—dije mientras me dirigía a la puerta la cual se abrió de repente. En ese instante vi que entraba un chico el cual se quedaba admirándome para luego observar rápidamente a mi padre
—Señor Fletcher, perdón por la intromisión, lo solicitan afuera—dijo el chico el cual seguía mirando con disimulo a Moddie, la cual le correspondía observándolo con picardía
—Viggo, maldita sea cuando entres toca primero—vociferaba mi padre pagando su molestia con el chico, quien lo miraba un poco avergonzado
—Perdón, es que los señores me dijeron que era urgente
—Sí, si ya voy diles que en un minuto.
El chico asintió y salió de la oficina sin decir nada más.
—¿Quién es el padre?—pregunte de forma directa e interesada
—Es un empleado, ¿porque? ¿Cuál es el interés?
—Solo curiosidad
—¿Curiosidad? y por eso lo mirabas de esa manera. Te lo volveré a repetir por si lo olvidaste. No quiero que te conviertas en una puta que se revuelca con cualquier hombre por complacer sus propios deseos, así que contrólate, ¿para qué te compro los juguetes?
No le quise responder y solo salí de la oficina, no quería entrar en detalles con el sobre ese chico. Además, si llegaba a tener algo con él sería mi asunto no dé el.
Al pasar por la zona de los bartenderes lo vi de nuevo, al parecer era uno de ellos, por ello volví a contemplarlo, al darse cuenta también lo hacía con disimulo. En vista de su correspondencia lance otra mirada atrevida y me dispuse a salir de allí. Sabía que mientras caminaba me seguía mirando, algo que siempre me disfrutaba y me halagaba que lo hicieran.
Ese día decidí visitar a mi tía Molly a la cual tenía casi un año que no veía dado que por los horarios de los trabajos no me daba tiempo de hacerlo, pero viendo que no estaba laborando por los momentos decidí ir.
Tome un autobús hasta su casa y mientras iba despeje el coraje que mi padre me había dejado con su conducta tan patética, esa que nunca antes tuvo.
También paso por mi mente el hecho de trabajar en el bar de mi padre, el seria mi jefe, podría ganar bien, además, lo que las chicas hacen va conmigo y también había despertado mi interés el aprender esos pasos de baile asi como también el chico que vi, ese que me pareció atractivo y al cual le llame la atención. Quizás con él pueda experimentar mi primera vez asi como drenar mis deseos sexuales, esos que cada vez son mayores. Era como si mi ser tuviera una sed incontrolable por probar lo que era el sexo, práctica que quería iniciar sin tener ningún tipo de relación, siempre me ha gustado ser libre y quiero mantenerme fiel a eso.
El condominio donde mi tía vive es un poco distanciado de donde resido por ello me demore en llegar incluso yendo en el autobús.
Al haber llegado finalmente pude verla. Al parecer limpiaba su jardín ya que tenía herramientas de jardinería en sus manos.
Mi tía Molly es alguien genial, a diferencia de mi madre ella si me aprecia, aunque su manera de ser es de una mujer puritana, a tal punto que no le agrada verme con ropa corta y ajustada así como tampoco le agrada que hable de temas sexuales ni que sea inadecuada al expresarme. Por ello me abstenía de hablar y comportarme de esa manera, actitud que me es incomoda porque es como si fingiera con ella y no me gusta, la quiero como si fuese mi madre.
—¡Tía Molly! —exclame muy emocionada mientras me acercaba a abrazarla.
Ella al verme también se emocionó, recibiendo mi abrazo el cual lo respondía como siempre con ese cariño tan sincero.
—Moddie, hija, que sorpresa tan maravillosa. Vamos, entremos, tenía mucho tiempo sin verte, te ves hermosa aunque muy descubierta—menciono, detallando la vestimenta que tenía ese día. Unos shorts cortos con una blusa holgada acompañado de unas botas.
Tenía tanto tiempo que no la visitaba que al ver de nuevo el interior de su casa me trajo nostalgia, me hizo recordar cuando venía para asistir a mis clases de baile.
—Moddie, ponte cómoda iré a preparar de comer para ti
—De acuerdo tía, esperare en la sala de estar—respondí para dirigirme a dicho lugar.
La casa de mi tía es enorme, tanto asi que su sala de estar es muy cómoda, en ella alberga una tv gigante, la cual encendí mientras me acomodaba en el sofá.
Estando allí empecé cambiando los canales de televisión hasta que lo deje en uno de farándula y noticias de famosos. En este comenzaron hablando de alguien llamado Philips Miñonett, quien por lo que decían es un chico de familia con mucho dinero, mismo que al parecer por lo que comentaban estaba dando una mala imagen a su familia y a los negocios que ellos manejan con su comportamiento indebido. Al haber mencionado eso quien narraba la noticia mostraban imágenes de ese chico un poco distorsionadas, en ella aparecía en una fiesta vestido y maquillado como una mujer, acto que me pareció tonto e irresponsable.
"Nunca entenderé a las personas con dinero, este chico es un idiota, con toda esa fortuna y mira lo que hace con su vida— mencionaba en voz alta"
—¿Hablando sola Moddie?—preguntaba mi tía quien apareció de repente
—¡Ah!, para nada es solo que veo una noticia de un chico que al parecer es muy rico y despilfarra su dinero en tonterías. Me pareció un completo idiota
—Moddie, ese vocabulario, tu eres una dama—del coraje que me dio la noticia olvide medir mis palabras
—Perdona tía, no lo volveré a hacer—respondí mientras me levantaba del sofá e iba al comedor donde había colocado lo que había preparado para mí.
Al tomar asiento notaba que al lado de mi plato donde había servido un trozo de pie de limón se encontraba una caja que parecía un obsequio ya que estaba envuelta como tal.
—Tía ¿esto es para mí?
—Si Moddie, es un regalo para ti, como no pude estar en tu cumpleaños número diecisiete decidí comprarte algo, por ello lo tenía para cuando volvieras a visitarme. Hace días llame a tu padre para saber de ustedes, pero solo me dijo que estaban bien y que tú estabas trabajando—expreso mientras servía mi bebida para después tomar asiento a mi lado
—Si tía estaba trabajando en una cafetería, pero la paga no era buena asi que lo deje
—Entiendo, pero ábrelo, espero te guste.
Cuando lo abrí me quede impresionada en saber lo que era.
—Una portátil y un teléfono celular, ¿ambos son para mí?
—Exacto, ya eres una adolescente y no puedo regalarte juguetes como antes—enfatizaba esto porque de niña solía regalarme muñecas, pero lo que ella no sabía era que si jugaba con juguetes aunque estos que tengo ahora son especiales, tanto asi que por su manera de ser no se los puedo mostrar
—Gracias tía—dije levantándome del asiento para brindarle un abrazo por tan practico regalo
—Pensé en regalarte eso ya que sé que no tienes teléfono ni computador
—Sí, eso es cierto, lo que sucede es que estoy ahorrando para viajar a Nueva York como te había comentado, y por eso me limito a no comprar nada, realmente quiero ser una gran bailarina
—Y lo serás hija, sobre eso también te quería hablar. Envié una solicitud de trabajo para una de las academias de baile en Nueva York, si la aprueban seré una de las profesoras que imparta clases allí. Te lo comento porque si eso ocurre quisiera que me acompañaras. Ya no eres una niña Moddie, debes pensar en tu futuro, sé que amas a tu padre, pero debes seguir tu camino.
Ante su comentario me abstuve de responder y solo comí mi pie mientras la escuchaba, no sabía que responder, sin embargo, sabía que tenía razón en lo que decía.
—Lo entiendes ¿cierto?
—Si tía y lo pensare.
Después de pasar unas horas con ella se ofreció en llevarme en su auto hasta el condominio donde vivo con mi padre. Al haber llegado nos despedimos y le volví a gradecer por el presente, ella una vez más me recordó que pensara su propuesta la cual le indique que lo haría.
Esa noche luego de que mi tía me dejara en casa aproveche de usar la portátil y comencé a instruirme sobre los bailes que la bailarina del bar menciono.
Me parecía que podía aprenderlos dado que tengo mucha flexibilidad, cualidad que pude tener gracias a las clases de baile que mi tía me enseño desde los diez años, al igual que los ejercicios de Pilates que me brindaban esa facilidad en mi cuerpo.
En medio de mi búsqueda en la web aproveche de buscar posturas y todo lo que a sexo se refiere. Leer y ver todo con respecto a ese tema me dejaba cada vez más ansiosa. Era una práctica que deseaba empezar a hacer, pero sabía que debía iniciarla bien, no quería terminar como mi madre a la que aborrezco por lo descarriada que siempre ha sido.
Después de haber pasado horas en la portátil decidí prepararme de comer y darme una ducha ya que era tarde.
Debido a que mi padre el día de mi cumpleaños dejo a mi criterio que comprara lo que quisiera aparte de lo que él me da para mis diversos juguetes, dispuse aprovecharme de ello para comprar ropa interior sexy que había visto la cual me había dejado encantada y con ganas de tenerla, pero en vista de que estoy ahorrando para mi viaje no las había podido adquirir, pero con esta oportunidad que me daba lo pude hacer.
La selección de ropa interior que escogí fue: tangas, pantis traslucidas, y demás prendas que eran muy sugerentes para mi edad.
Para esa noche decidí ponerme un babydoll en color n***o sin usar ningún tipo de panty y encima de este coloque un kimono de dormir ajustándolo a mi cintura, detalle que acentuaba la silueta de mi cuerpo.
Estando vestida mientras peinaba mi cabellera rojiza escuche que tocaban fuertemente la puerta. Ante eso que ocurría me extraño porque era tarde y no podría ser papá, él tiene llave. Por esta razón me acerque y visualice por la mirilla de la puerta para saber de quien se trataba. Al haber mirado me sorprendí, para mi sorpresa era el mismo chico que había visto en el bar, el que entro a la oficina cuando hablaba con mi padre. Sabiendo esto di los últimos toques a mi cabellera y abrí rápidamente la puerta.
Al verlo de nuevo el chico me miraba como la primera vez, aunque más sorprendido, notando con ello que admiraba mi cuerpo perplejo para luego girarse y pedir disculpas por su comportamiento.
—Dis...culpe señorita por mi reacción al verla y también por la hora, estoy aquí porque vine a traer a su padre—profeso estando de espaldas a mí. Al saber que ese era su motivo para venir lo hice voltear
—Cómo es eso que trajiste a mi padre, ¿qué le paso? ¿Se encuentra bien?—en vista de que aún demostraba estar avergonzado me respondía sin mirarme a los ojos
—Él está bien, es solo que está muy ebrio y yo me ofrecí en traerlo a casa
—¿Donde esta?—preguntaba ya que no lo veía
—En el auto, de camino se quedó dormido
—Voy por el entonces— dije dispuesta a salir sin importarme como estaba vestida
—No se preocupe señorita, quédese yo lo traigo, usted está un poco descubierta para salir—contestaba viéndome al rostro en esta ocasión.
Tal cual como lo dijo él lo trajo y con mi ayuda pudimos llevar a mi padre a la cama, el cual apestaba a licor y cigarro. Verlo asi me desilusionaba totalmente, nunca creí que podría caer tan bajo.
—Gracias por traerlo, Viggo ¿no?—mencione ya que no sabía si era su nombre exacto
—No se preocupe señorita y si ese es mi nombre Viggo Schneider y ¿el suyo?
—Oh si, disculpa, no lo mencione, me llamo Moddie Fletcher, aunque me puedes llamar Mod—dije a la vez que acariciaba mi cabello y lo miraba de nuevo con picardía. Notaba que ante la forma en como lo contemplaba reaccionaba con nerviosismo, mencionando que debía marcharse, dirigiéndose a la puerta y al llegar a esta se detuvo
—Fue un placer conocerla señorita Fletcher, por cierto dejo las llaves del auto de su padre, que descansen—expreso mientras me entregaba las llaves
—Igual Viggo y gracias nuevamente.
Después de haberse retirado quede pensando sin con él podría tener mi primera experiencia s****l, me parecía un buen chico con un gran atractivo, sin embargo, debía percatarme si ya lo había hecho antes, no quería estar con un novato. Por ello me encargaría en averiguarlo y de no serlo me propondría en convencerlo para que lo hagamos, aunque sin lugar a dudas no creo que haga falta, por la forma en como me mira y cómo reacciona sé que llamo su atención.
Luego de tener ese pensamiento lujurioso vagando por mi cabeza volví a mi otra realidad. Mi padre, el cual como pude lo acomode de mejor manera en la cama, mientras lo hacía de su chaqueta salió algo extraño. Eran unas pequeñas bolsas que al parecer traían dentro un polvo de color blanco. Lo primero que pensé es que podría ser droga, pero me lo negaba, no podía creer que mi padre estuviera en ese tipo de andanzas, por ello me propuse confrontarlo cuando despertara a la mañana siguiente, debía saber en qué se había metido.
Como ya tenía teléfono coloque una alarma para que me despertara a la hora que el suele hacerlo, aunque no creí que fuese a levantarse temprano, estaba muy ebrio, de igual manera la deje activada.
A la mañana siguiente la alarma sonó a la seis de la mañana como estipule, pero el aun dormía, no obstante me levante, me cambie de ropa y prepare el desayuno para esperar a que despertara.
Pasada una hora mientras bebía café y pensaba de nuevo sobre la idea de trabajar en el bar y también sobre lo que conseguí en su chaqueta notaba que empezaba a despertar, al hacerlo se levantaba de la cama, tocándose la cabeza y quejándose que le dolía.
—Buenos días padre, maravilloso tu espectáculo de anoche
—Mod, no quiero sermones, es muy temprano y me explota la cabeza
—¿Y porque crees que te explota?
—Mod, solo guarda silencio, no estoy de ánimos para discutir
—Tienes razón porque no quiero discutir contigo, lo que quiero saber es ¿qué es esto?—preguntaba mientras mostraba las bolsas que conseguí
—¡¿De dónde sacaste eso? ¿Acaso revisaste mi ropa?!—exclamaba enojado con su mano aun en la cabeza
—No lo hice, anoche cuando te acomodaba en la cama ya que llegaste desecho y apestando a licor esto cayo de tu ropa, solo dime ¿qué es?
—Eso no es tu asunto y entrégamelas
—No lo haré hasta que me digas
—Mod, no sabes que podría ocurrir si eso que tienes se sale de su paquete, entrégamelas
—¿Es droga? ¿Es eso? ¿eres un drogadicto o solo la comercias? ¿Desde cuándo lo haces?, te desconozco—habiéndole expresado tales palabras con tanta tristeza se acercó y me las arrebato de la mano
—No tienes por qué saber en lo que estoy metido, además, necesitamos dinero.
Lo miraba asombrada de escuchar lo que decía, no podía creerlo.
—¿Sabes en el lió que estas metido? podrías ir preso, ¿lo has pensado siquiera? ¿Has pensado aunque sea en mí?
—Claro que lo hago, por eso las comercio en el bar asi genero más dinero
—Ya que mencionas el bar también te daré una noticia. Trabajare allí de ahora en adelante, y cuando tenga el dinero que necesito me marchare a Nueva York
—¿Que dijiste Mod? que estupidez es esa
—Lo que escuchaste padre, trabajare allí te guste o no y también quiero que pagues unas clases de baile que necesito para poder desempeñarme en el trabajo que haré
—No pagare nada y tampoco permitiré que trabajes allí, fin de la discusión
—Pues es mi decisión y ya la tome
—Eso lo veremos Moddie Fletcher—menciono mientras salía molesto del condominio tomando consigo las llaves del auto.
Como lo había dicho ya estaba decidido, más aún al saber que estaba en negocios turbios. Tenía la certeza de que si trabajaba allí podría descubrir que es lo que exactamente hace...