María Paz, salió corriendo a esconderse por el jardín y Joaquín entró a la cocina. —¿Qué pasa, por qué tardas tanto? —Porque no encuentro a ninguna de las empleadas de esta casa —respondió disimulando su nerviosismo. —Ve al comedor, yo me encargo —sugirió. —¿Has visto a mi hermana? Joaquín se aclaró la garganta. —Eh...cuando yo entré a la cocina ella no estaba aquí —mencionó con voz temblorosa, enseguida abandonó la habitación, y regresó al comedor. Alba y Angélica al verlo aparecer empezaron a hablar y reír entre ellas. El joven Duque arqueando una de sus cejas y arrugando el ceño, se dirigió a las chicas. —¿Están locas o qué les pasa? ¿Soy su payaso? —Quizás —respondió Angélica, y ambas se echaron a reír—. Voy a darte un consejo Duque de Manizales. —Lo miró a los ojos—. Si s