Artemisa sonrió de oreja a oreja mientras recibía cumplidos de su jefe por el trabajo que había realizado en cuatro horas. Matt observaba los estados de resultado con demasiada felicidad y orgullo (él sabía que algo bueno le iba a pasar en esa semana, por lo que Artemisa fue una pista a ello). — Todo está perfecto Artemisa — Musitó mientras asentía con su cabeza — Si quieres mándame todos estos estados a este correo — Le pasó un pedazo de papel — Y de ahí se los mandaré a nuestro gerente para que los revise con mucha más precisión. — Perfecto — La susodicha sonrió orgullosa de su trabajo — Si quieres te puedo pasar todo lo demás que adelante de los otros estados — Matt abrió sus ojos de par en par por esa sorpresa — Es que adelanté unos cuantos más para entregártelos antes de que