El día de la boda llegó y estaba nerviosa, pero a la vez no. No lo estaba porque sentía que había sido un proceso directo, en donde los demás hicieron todo por ti. Compartir con Aidan no me asustaba tampoco, pasábamos casi todo el día juntos antes, vivir en el mismo techo no sería tan diferente. Pero los nervios se debían a la desaprobación de su tío. Él creía que era una cazafortunas, en mi defensa Aidan fue el que me ofreció su fortuna. Sería una boda al atardecer por lo que me encontraba cerca de la hora siendo peinada y maquillada para el evento, estábamos en una de las habitaciones del hotel. Carol estaba dando pecho a Caroline también siendo peinada y maquillada. Todo pasaba con normalidad, a excepción de cuando un sonoro estruendo exalto a Carol, mi sobrina y las dos maquillista