Eithan, dejó a Carolina en el hospital con su madre enferma, de allí salió para la farmacéutica, ser el CEO de un negocio de esa magnitud no le permitía escaparse tanto tiempo, sin embargo, todo lo sucedido con ella, lo tenía relajado, llegó a su compañía con cara de felicidad, él jamás les sonreía a los empleados, pero esa mañana fue diferente.
Desde la recepcionista, hasta el personal de oficios varios, fueron halagados con su saludo, definitivamente esa mañana, parecía que quien estaba entrando, no era Eithan.
Llegó a su escritorio, y prendió su laptop, sus ojos apenas brillaban al recordar la forma tan fantástica en la que poseyó a Carolina, solo eso, recordarla le hacía revivir el momento, recostó su cabeza en su gran sillón y se mojó los labios, tuvo que acomodar su gran bulto e
