Después de que Carolina devoró los labios de Eithan, decidió acompañarlo toda la noche en el hospital, estaba tan agotada que se quedó dormida en el sofá. Él, por su parte no dejaba de admirar su belleza, a pesar de su estatus social y su falta de recursos económicos, ella era una mujer preciosa, su cabello semi ondulado caía por sus hombros, mientras que su pecho subía y bajaba, mostrando sus enormes senos. Eithan apenas sacudió la cabeza tratando de remover todos sus malos pensamientos, ella era tan dulce que ni siquiera se atrevería a tocarla de mala forma con tal de no hacerle daño, sin embargo, se moría por lanzarse sobre ella y llenarla de besos, recorrer cada uno de sus espacios, y porque no, hacerla completamente suya. Pero mejor reprimió sus deseos, ya vendría el momento. E