Al llegar al hospital, Carolina bajó del auto de Eithan dándole un fuerte golpe a la puerta, siguió derecho hacia la entrada, sin siquiera girarse a ver hacia atrás.
Eithan apenas suspiró, “¡Qué mujer tan caprichosa!” Pensó
—Carolina, ¡Espera por favor!
—No me digas nada Eithan Sullivan, bien, ya estamos en el hospital, te agradezco que te vayas, y respecto al trabajo en la compañía, no pienso volver. Muchas gracias por todo lo que has hecho por mí, pero la verdad, no lo hiciste de corazón y ¿Qué puedo esperar? Si es que tú eres un hombre comprometido—La voz de Carolina se entrecortó y sus ojos se aguaron
—Entiendo como te sientes, si yo fuera quien estuviera en tu lugar, te juro que estaría más molesto, pero quiero demostrarte que todo es una farsa, Layla me tendió una trampa, arr
