32

1650 Words
Estaba segura de que era Evans quien me habría seguido obstinadamente empeñado en acompañarme, no era de extrañar que pudiera hacer eso ya que él es ese tipo de chico que insiste en lograr lo que quiere... ¿pero por qué tocar mi espalda silenciosamente? Él siempre dice algo cuando me toma por sorpresa, sabe que cuando me toma estando desprevenida mi modo de autodefensa se activa instintivamente, pero no habían más personas en ese lugar o al menos eso pensaba. Voltee predispuesta pensando que Evans quería acompañarme por lo que dejé a un lado mi lado agresivo. -Evans te dije que... Pero no había pensado en la posibilidad de que un loco callejero y vizco que apareció de la nada pudiera seguirme sin contexto. Era un viejo alargado y flacucho vestido con una gran camiseta blanca pero manchada con una chaqueta de cuero rota y pantalones de vestir super anchos para su contextura sin calzado en sus pies, debía estar muriendo de frío. Quedé perpleja con lo que ví, lo último que esperaba era eso. -Tú... - Añadió el loco viéndome de arriba hacia abajo como si me conociera de antes. -¿Sí?. - Dije insegura. Él se acercó un paso y yo retrocedí nerviosa, si se atravía a hacerme algo claramente terminaría herido. -Tú... Tie-enes sus ojos... No entendía a qué se refería, aunque obviamente es un loco y lo que sea que dijera no tendría sentido; lo que me causaba temor era lo que pudiera hacer, de un loco se podía esperar cualquier cosa. -¿De quien?. - Respondí vacilante tratando de alejarme sutilmente. Él comenzó a llorar repentinamente sin contexto, y yo solo retrocedía ya con ganas de huir. -Yo la amaba... Pero ya no está... - Agregó en sollozos. - Por culpa de esa maldita pantera. > -¿Q-que pantera?. - Pregunté incómoda. -¡Esa maldita pantera, mi yo siente odio; juro si mi yo lo ve, mi yo lo mata!. Me encontraba en plena carretera oscura y solitaria, nada más que con un gato entre mis brazos y un loco diciendo cosas sin sentido, ya comenzaba a darme ansiedad así que solo pensé en huir. -Lo la-lamento señor. - Concluí nerviosa. Me di la vuelta para encaminarme hacia casa pero inoportunamente me tomó del brazo izquierdo con fuerza halándome hacia él y a la vez provocando que el pequeño gato envuelto en el suéter cayeran de mis brazos al suelo, esto lo veía venir por lo que armándome de valentía apreté el puño de la mano derecha golpeándolo en el estómago pero desequilibrándome. Aquel loco se quejó de dolor, más sin embargo a pesar de ser flaco tenía mucha más fuerza que yo, fue rápido el momento en el que el envolvió ambos brazos al rededor de mi cuerpo como una especie de abrazo fuerte pero tan fuerte que estaba cortando mi respiración. -Estarás bien conmigo. - Manifestó apretándome con fuerza impidiéndome escapar. Intentaba empujarlo presionando ambas manos contra su pecho pero era inútil, como no pude con mis manos decidí optar por una de mis delgadas pero fuertes piernas para flexionarla y finalmente recargar toda la fuerza de mi rodilla en su m*****o logrando que me soltara pudiendo así darme oportunidad de liberarme; sentí su queja. Por mi parte me agaché para tomar mi suéter y rápidamente me levanté tirando mi vista hacia todas partes buscando a Sergei, no podía perderlo, apenas Evans me lo habia obsequiado y si lo perdía yo no me lo perdonaría y efectivamente Evans tampoco. En esa corta búsqueda de mi visión, llamaba a Sergei pero éste no aparecía, entonces aprovechándose el orate se lanzó encima de mí, y perdiendo la estabilidad caí al suelo junto con él frenando la caída con las manos y los brazos los cuales raspee por el impacto del asfalto mientras él me apretaba con fuerza impidiéndome mover. Ya comenzaba a entrar en pánico, no obstante pertinentemente sentí como me soltó de repente, fue extraño ¿por qué me soltaría así nada más?. Aprovechando que estaba libre giré el cuerpo junto con mi vista buscando preocupada al peligroso demente y me sorprendió ver a Evans golpearlo. -¡Evans!. - Pronuncié su nombre perpleja y él me miró rápidamente, desconcentrándolo el orate lo golpeó pero Evans de inmediato se concentró y le devolvió el golpe con mucha más fuerza. Fué él quien lo haló con vigor para defenderme; me impactó ver como llegó así de la nada como si supiese que estaría en problemas, fué la primera vez que alguien me defendió de algo, siempre tenía que defenderme a mí misma; por lo que quedé perpleja, un mini shock momentáneo viendo como Evans lo golpeaba con ira dejándolo maltrecho. Al cabo de unos segundos me levanté del suelo y desasosegada me dispuse a buscar a Sergei temía que no apareciera y Evans me matara, apenas me lo recién ragalaba no podía perderlo. -¡Sergei! ¡Michi michi!. - Repetía con la esperanza de verlo venir. Voltee mirando a todo a mi al rededor y solo vi venir a Evans con rostro neutro, comenzaba a ponerme nerviosa no quería que supiera que había perdido al gato en tan poco tiempo. -¿Ves lo que sucede por no haber aceptado mi compañía?. - Añadió tomándome por los hombros alzando ambas cejas. - A estas horas andan sueltos los vagabundos, no es bueno que estés por ahí sola. -Yo puedo defenderme sola. - Manifesté rodando mis ojos. -Joyce mírame. - Dijo convenciéndome para volver a fijar mi vista en sus profundos ojos azules. - ese no es el punto, ¿que hubieras hecho si no fuera llegado a tiempo?. -De alguna u otra manera me fuera liberado, de todos modos esta no es la primera vez que me sucede algo así. Al escucharme soltó mis hombros bajando sus brazos y a la vez enseriando su rostro. - Por un momento casi olvidé lo terca que eres. Al escuchar eso me irrite. -Si soy, no veo algún problema. - Repliqué frunciendo el ceño. Él solo una repentina carcajada que se me hizo tediosa y añadió: -Definitivamente no tienes arreglo. La sangre me hirvió por un momento del coraje que levanté mi mano para golpearle pero él conociendo mis intenciones anticipadamente me detuvo tomándome por la muñeca de la mano para llevarla abajo, allí me liberé la mano haciendo que me soltase y controlé mi respiración. -Tienes que aprender a controlar ese carácter pequeña, veo que todo te lo tomas a pecho. - Agregó riendo. > Sonreí finjidamente, respiré lento tratando de calmarme pero me preocupé repentinamente al acordarme de Sergei, así que me contuve y tomé aire para actuar normal con el objetivo de no demostrar angustia frente a Evans. -Bueno, apenas bajé a Sergei un segundo y salió a explorar el lugar. - Dije riendo falsamente tratando de disimular los nervios. -¿Enserio? Pues al parecer ya terminó de explorar el lugar porque ahora está debajo de tí. - Indicó Evans. Eso me desconcertó, bajé mi mirada y justamente estaba Sergei cerca de mis pies, aliviada me agaché para cargarlo en mis brazos y levantarme para acariciarlo mientras le hablaba al pequeño gato: - No explores sin mí de nuevo bolita de pelos. Evans al escucharme hablarle al gato soltó una pequeña risa, así que dejé de hablar pero sin dejar de acariciarlo, en ese momento se me vinieron a la cabeza pequeños momentos de la noche anterior con Evans mientras estaba ebria pero todo desordenado sin comprender nada como tal. Estaba haciendo un silencio incómodo entonces decidí llenarme de valor. -Oye... - Dije con voz tímida manteniendo mi mirada en el gato, aunque por el rabillo del ojo veía que su mirada estaba puesta en mí como esperando que siguiese hablando. - Me disculpo sobre lo que pasó anoche... Lo que sea que haya dicho o hecho solo fué producto del alcohol, estaba ebria, de verdad lo siento... Perdón. Aparté mi mirada del gato y alcé mi rostro para fijar mi vista en aquellos profundos ojos azules que cambiaron su expresión alegre a una mirada preocupantemente seria. -No. - Respondió mirando a otro lugar. Su respuesta me angustió, realmente no me esperaba eso. -¡¿No?! ¡¿por qué no?! Dije que lo siento, solo fué por causa del alcohol. - Alegué angustiada. De pronto Sergei de un tirón saltó de mis brazos hacia el suelo y Evans comenzó a acercase hacia mí. -¡¿Por qué no?! ¡¿que carajos no?!. - Insistí. -No pasó nada. - Añadió en un suspiro. -¿Como?. - Pregunté estupefacta. - ¿De verdad no te besé?. - Se me escapó la pregunta y avergonzada me callé rápidamente mirando a otro lado incómoda. Él comenzó a acercarse cada vez más hacía mí sin responder nada, su peligrosa cercanía me incomodaba aún más, odiaba sentirme intimidada por alguien más y sobre todo si venía de él, no tenía por qué sentir nervios, odiaba aquello. Pero irónicamente me sentí más nerviosa al quedar demasiado cerca de Evans, mi espalda estaba apoyada a la pared y frente a mí se encontraba él. Sus profundos azulados ojos me miraban directamente como si quisieran decirme algo, éste se inclinó para llegar a la altura de mi rostro y dándose a un lado me susurró con su seductora voz ronca al oído: -Sí pasó... Pero justo ahora. Fué entonces cuando tomándome de la cintura y acercando rápidamente su cara a la mía juntó sus cálidos rosados labios con los míos.

Read on the App

Download by scanning the QR code to get countless free stories and daily updated books

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD