Regresar al lugar que amé después de encontrarme con un viejo amor, fue tan duro como golpear una pared que llevaba trozos de viga por dentro. Si hubiese sido por mí, no me habría separado de él, aun cuando no pude abrazarlo con todas mis fuerzas. Era muy difícil decirle adiós una vez más, con el temor de no volverlo a ver. Quería creer que el destino no sería tan cruel, pero tenía malos antecedentes. Hablar con él después de todo lo sucedido fue algo que no esperaba sucediera, pero resultó maravilloso. Conocí a un nuevo Nicholas Eastwood, uno que llevara otro nombre. Lo primero que debía hacer era aprender a llamarlo por su nuevo nombre. Era difícil revivir un pasado con un hombre que no se asemejaba en nada al antiguo. Ese hombre que se sentó frente a mí solo era la vieja caratula de un