Aun cuando su boca lo soltaba, sus ojos decían otra cosa. Dudaba mucho que solo eso hubiese ocurrido ese año. Ella me ocultaba algo más grande, lo sabía, la conocía. Ella intentaba cubrir el sol con un dedo para no lastimarme, pero la verdad, al final de todo, termina brotando como manchas de sangre en el asfalto. Eso que ella me ocultaba era demasiado grande como para conservarlo para sí misma el resto de la vida.
—¿Existe algo más que no sepa? —inquirí al sentir que algo faltaba.
Por primera vez era mañana, Andrea me mantuvo la mirada. El brillo que tanto amaba en sus ojos, se marchó al igual que los últimos rayos del somnoliento sol. Dolor profundo atravesaba sus ojos y se sumergía en su alma. Andrea no estaba preparada en ese instante para soltarme esa verdad que me rompería el coraz
