—¡Entonces sir Harold ha muerto!— había exclamado el Marqués al devolverle el reporte al señor Graham. —Murió hace tres meses, milord. Se lo comuniqué entonces, pero tal vez no me escuchó. —La noticia es una sorpresa para mí ahora— había replicado el Marqués—, nunca me agradó Caspar Trydell. Es una lástima que su hermano mayor se ahogara. —Efectivamente, milord— contestó el señor Graham—, tengo entendido que su Señoria conoció al señor John. —Fuimos amigos cuando éramos niños y vivíamos en el Castillo. —Por supuesto, milord. Él podía haber administrado las propiedades con eficiencia, pero nunca tuvo oportunidad. sir Harold era un hombre muy aferrado a sus creencias y un tirano en la educación de sus hijos. —Parece ser que sir Caspar ha heredado algunas de las peculiaridades de su pad