C

2088 Words
Cosmo-: Yo podría ser el centro de tu universo, la fuente de tus energías y el destello de tus constelaciones. ¿Te gustaría ser el significado de mi cosmo-? Existe un sentimiento cuyas entrañas poseen la capacidad de abrazar con todas las fuerzas necesarias hasta el grado de hacerte sentir cósmico. ¿Alguna vez haz sentido que el corazón es un cúmulo de inquietudes? Hasta este grado de mi corta vida (veinte años para ser exactos), he de hacerte saber que este corazón florece y hasta se marchita, se muere de risa y carece de vista, este corazón te mira y suspira, te llora y te palpita… este corazón es mío y pensaba compartirlo con… Aunque no lo creas, yo te he visto. Eres muy hermosa. Me encanta ver esos mechones de pelo que caen por tu rostro, esos ojos tan profundos en los que me puedo perder muy fácilmente; tus labios tan rojos que en ocasiones se han partido de que tanto los muerdes y quisiera poder contar tus pecas que se unen en líneas imaginarias formando constelaciones únicas en piel como la tuya.Te he visto de muy lejos con esa sonrisa tuya que tanto me gusta, te he visto de cerca y he escuchado tus palabras con mucho interés; tú eres mi interés genuino y el deseo de poder estar juntos. ¿Has notado los ríos de polvo cósmico que nacen desde mis pupilas y terminan en mi boca? El aire que alimenta a mis pulmones es fresco, tenue y pequeño. He pensado que el basto universo puede llegar a aplastarme, que puede ahogarme con sus constelaciones tan complejas y eso me hace sentir mal. Quiero que el brillo de mis ojeras sea el lugar donde tus sonrisas me hagan florecer en poesía dedicada a ti. —¿Que significa tu nombre? —me preguntaste con curiosidad. ¿Curiosidad? La neta si me sentí con mucha curiosidad a esa edad. Frente a mi estaba la chica más guapa de la clase enseñándome a jugar ajedrez. Tenía el cabello de color castaño y algunas extensiones de color azul resaltaban en el océano que colgaba de su cabeza. Sus labios tenían un tono rosado intenso, mis teorías sobre su sabor siempre rodeaban a las fresas y la miel. Sus dedos movían con mucha agilidad los peones de madera sobre el tablero en blanco y n***o. ¿Que sentía por ella en aquel momento? ¡Me gustaba! ¡La neta que si me gustaba un buen! ¿Y luego? Luego estaba ese chico de tercer grado. Estatura promedio, labios rojos, piel pálida y su mirada tan cautivadora que me robaba la estabilidad. ¡Así es! Este chico me causaba intriga y nervios a montones. Lo conocí mejor una vez que yo iba entrando al sanitario. No había pasado mucho tiempo desde el receso, la clase de biología me estaba aburriendo y preferí salir a despejar mi mente. Abrí la puerta de color n***o y me tope con él. —Creo que no están funcionando los sanitarios —me dijo mirándome directamente a los ojos. Escucharlo hablándome me hizo sentir de forma curiosa. ¿Que sentí justo en ese momento? Resumiré mi sentir con un trago ahogado de saliva y mis cejas enarcadas de mucha curiosidad. —¿No hay agua? —le pregunté. Estábamos demasiado cerca, el pasillo de los sanitarios estaba vacío y pude conocer a más profundidad cómo es que él era tan lindo. —La neta no. Se descompuso la bomba y el agua no sube desde esta mañana. Claro que si solo vas a orinar entonces puedes utilizar el baño. Asentí. —Entonces quiero entrar. Su mano estaba deteniendo la puerta, las venas se marcaban por todo su brazo; se había quitado el suéter y la camisa de manga corta de nuestro uniforme me permitió ver e imaginar lo tonificado que debía estar su cuerpo. ¿Qué cosas estaba imaginando? ¡La neta a esa edad la locura y la curiosidad están bien atadas a la inexperiencia de la juventud! —¿Como te llamas? —Yo… —¿Es cierto que tú andas con el Brayan? Su pregunta me desconcertó demasiado. Se trataba de él, no de su compañero de grado. —No. Yo no ando con Brayan, ni siquiera me gusta. Sus ojos me hicieron sentir que él estaba interesado en mi. —Bueno. Si tú lo dices supongo que debe ser así. ¿Sabes como me llamo? Era obvio que sabía cómo se llamaba, de hecho todos nos conocíamos por nombre ya que nuestra escuela era demasiado pequeña. ¡En esa época la Telesecundaria no era bien vista por los padres de familia! Decían que el ver la clase a través de la televisión no era nada bueno. ¿Era cierto ese modo de pensar? —Te llamas Cristian. Sus labios rojos se curvaron en una sonrisa amplia. ¿Que significaba esa sonrisa? Por algunos segundos mi mirada le perteneció y yo no sabía qué hacer exactamente ante esta situación. —¡Ya no te molestaré más! ¿Molestarme más? —De acuerdo, espero que lo cumplas. La verdad es que conocía a Cristian de vista y en compañía de sus otros dos amigos: el Pedro y el Tecol. Esta trina de compañeros de tercer grado usualmente usaban su tiempo libre para molestarme haciéndome burla con su otro compañero Brayan. ¿Quien era este? Brayan era un chico alto, si era lindo y tenía un carisma bastante agradable; solo que a mi no me atraía de la misma forma en que yo si le atraía a él. Recuerdo bien que a él lo conocí en la cooperativa de la escuela el primer día de clases. Yo tenía antojo de unos chicharrines con demasiada salsa Valentina. Era mi turno en la fila. —¿Que vas a querer? —Me puede preparar unos chicharrines de lagrimita con salsa, por favor. La vendedora me atendió rápidamente. —Serían dos cincuentena. Le pague con dos monedas de a peso y una de cincuenta centavos. —¡Gracias! Con la bolsa en mi mano derecha me giré para poder salir de allí y entonces pasó. Mis manos se impactaron con él, sus ojos me observaban con mucha atención y su sonrisa era agradable. —¡Lo siento! Yo… —¡Tranquilo! Aquí hay mucha gente, no te preocupes. Lo bueno había sido que los chicharrines no habían manchado su suéter. —¡Gracias! —me limite a decir y entonces salí de la tienda escolar. Comencé a caminar hacia mi salón y en verdad, neta me sorprendió mucho. —¡Espera! Chico de los chicharrines. Su voz me hizo detenerme en seco cerca del salón de computación. Sentí su mano estacionarse sobre mi hombro derecho. —¿Puedo saber cómo te llamas? Realmente me tomo desprevenido. —¡Ah! Este… —¡Soy Brayan! Mucho gusto. Él no era chico malo o engreído, la neta nunca supe que fue lo que vio en mi o la razón por la que se colgó tanto del chico de once años. ¡No fui capaz de entender sus sentimientos! Quizá por eso es que Cristian nunca entendió lo que él causaba en mí. ¿Puedes darte cuenta de esta circulo vicioso? Mientras Brayan se colgaba de mi, yo me colgaba de Cristian y Cristian se colgaba de Fany y Fany se colgaba… ¡Cada quien tenía su crush que le hacía sufrir a su manera mas dolorosa! No siempre nos harán caso en el amor y no está mal decirlo. ¡Esa es la realidad! ¿En que piensas cuando me ves mirarte? ¿Cosas buenas? ¿Cosas malas? ¿Irritación? ¿Malestar? ¿Deseo? ¿Rabia? ¿Malestar? ¡Ojalá tu pensar fuera igual de intenso que el mío! Y ahí donde en la comisura de mi boca está, un hoyuelo, una estrella, una forma fugaz de demostrar que esta vida sigue, que el viento sube y va, que los niños nacen y crecen, que los adultos envejecen y mueren; y que yo sigo aquí, de pie, fugaz, tenue, un paño cálido hasta para mis seres queridos y un eclipse de placer hasta para los que mueren de ganas de obtener placer con mi cuerpo. Mi vida, mi alma, tus ganas por querer ser alguien, alguien cuyas alas han cortado y cuyo ser han encerrado en la tempestad de la nostalgia. Tú eres mi nostalgia y mi alegría, eres mis noches de risa y de llanto, eres mi duelo y mi canto… Tú, cuya mirada es fresca y pura, ¡te confieso que ya no puedo! Que ya no quiero y que muero. Que muero de frío y me congeló, que la muerte ha querido venir a tocarme y que su tacto me ha querido hacer sentir en confusión con el pasado. ¿Pasado existe en mí? El pasado son aquellos recuerdos, los recuerdos son momentos que cicatrizan en nosotros y nosotros solo somos letras que se unen en el papel para poder formar palabras y así nos puedan leer. ¿Ahora entiendes por qué te pido que seas parte de mi Cosmo-? Tu puedes ser el universo donde la opinión ajena nos importa un carajo, tu puedes ser el universo cada vez que te veo tratando de seguir adelante a pesar de toda la basura que los prejuicios nos hacen sentir y yo, estoy dispuesto a fusionar mi cosmos contigo para poder decirle al mundo que somos más que una definición imperfecta. Eres el sol que alumbra un sistema solar, eres la luz que alumbra mi oscuridad, eres tu y yo soy yo. Yo te quiero en gran manera, no te imaginas cuanto te amo, pero, tu solo me miras y sonríes mientras alguien mas te abraza la cintura. He visto como le sonríes a él, como lo abrazas, como lo besas y yo he visto que a mi solo me saludas. Tú, el gran universo de mi alma, te has perdido en una galaxia enorme, en una galaxia que te ofrece más luz que yo, te has perdido en alguien que no soy yo y aquí estoy pensando en lo que algún día hubiésemos podido ser. ¿Algún día podrás siquiera fijarte en mi? ¿Podrás siquiera tocar la pequeña flama de mi corazón? ¿Por qué será que tanta calidez no es capaz de borrar la frialdad de mi ser? Mi ser de polvo y agujeros, con poros de concreto pintados con lunares que van desde mi espalda hasta mi pecho, de mi pecho hasta mi boca, de mi boca hasta mis ojos y de mis ojos hasta ti. ¡Por que sí! Se que me miras y me alegras, me observas y me piensas, que te acuerdas y aún me lloras. ¿Que sería de aquellas fotografías si mi alma se fuera a descansar al panteón? Casualmente tire del gatillo y los gorriones volaban a mi tumba. ¿Que será de ti si no estoy yo para animarte? Se que seguirás mirando hacia adelante porque así es como se miran las constelaciones. Intentaras buscar con la mirada mi boca mientras te digo cómo es que me siento en realidad. ¿Intentarás abrasarme? A veces no soporto que mis padres me abracen o me toquen, no soy capaz de arreglarme entre sus brazos porque literalmente me siento fragmentos de cristal que cortan y destrozan lastimando la piel de todas esas personas que ven algo bueno en mi. ¿Intentarás buscar mis ojos, mi boca, mi nariz, mi risa cuando mi cosmos deje de pertenecerme? ¿Intentarás soportarme en esta vida? Eres aquella nota que hipnotiza a mis oídos, la música triste que escuchas en días soleados soy yo. Existen constelaciones que brillan en el cielo, también existen personas que no son constelaciones pero que si brillan en la vida de otras personas. ¿Aquel sentimiento del que te he estado hablando lo conoces, lo sientes? Pues entonces quiero que me tomes de la mano y me digas lo que no quiero escuchar. Quiero decirte mil cosas y tan pocas salen de mi boca… Mi querido universo eres tú, no lo dudes, yo siempre estaré esperando a ser parte de tu sistema solar, esperaré para poder formar parte de tu universo, para ser el centro de toda una constelación. El centro de un corazón donde tú nombre no quiero borrar. Toma mi mano y recibamos lo que venga de a como nos toque, mi querido puño de estrellas.
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