Papá explicó que al llegar a Roma mamá y yo salimos de compras, mamá a pesar de ser una dama muy fina tenía gustos muy sencillos a diferencia de mí que me gustaban las cosas más costosas que existieran, lo que explicaba la ropa de marca y las joyas que vi en mi habitación y no me atreví a usar desde que volví, éramos demasiado diferentes así que peleábamos mucho, a pesar de que ser físicamente iguales, su cabello era el mío, sus ojos eran los míos, todo era igual.
Ese día el 19 de diciembre, había insistido en ir de compras pues quería comprar medio Roma, mamá y yo nos adelantamos al viaje desde Florencia, a donde volveríamos mañana a retomar nuestras vidas.
Llegamos, nos instalamos en la casa que tenemos aquí en una de las zonas más prestigiosas de Roma, e inmediatamente pedí el chofer para ir de compras con mi madre, quien no estaba de acuerdo, el chofer era nuevo así que mamá no confiaba en él.
Hablo por teléfono con papá para que llegara rápido, él llegaba en unas horas pues no pudo posponer la junta que tenía en Florencia, le insistí tanto que no logró persuadirme y salí por mi cuenta con uno de los coches que dejó en Nonno en nuestra casa, nos subimos el chofer condujo cuando recibió una llamada y comenzó hablar en un lenguaje extraño, nosotras nos dimos cuenta que era ruso.
Fuimos a las mejores plazas de Roma nosotras nos bajamos del coche pero el chofer aún continuaba hablando por teléfono a lo que mamá se mostró inquieta todo el tiempo.
Salimos con la idea de regresar a la casa ya que era muy tarde, subimos al auto el chofer recibió nuevamente una llamada corta colgó el teléfono al llegar a la avenida principal nos interceptaron tres coches con hombres vestidos completamente de n***o con sus caras cubiertas nos obligaron a bajar del auto a punta de armas de fuego.
Unos de los tipos me amago con el arma de la cabeza y me obligó a subir a uno de los autos, mi mamá corrió a intentar zafarme del tipo pero otro le disparó en una de sus piernas cayendo al suelo, entre gritos me subieron al carro mamá como pudo se puse en pie y corrió asía el auto quien la derribo volando por el parabrisas.
Las ambulancias la trasladaron al hospital donde llegó papá quien hiso la denuncia puesto que era verdad que el chofer estaba coludido en el secuestro, mamá le explicó con mucha dificultad al oficial de policía como estuvo todo, había sido muy grave sus heridas hablaba completamente débil, terminando de dar su declaración, todos se extrañaban que no se habían puesto en contacto con nadie los secuestradores, parecía una venganza y no tanto un secuestro.
Los días transcurrieron pero mamá no mejoró, papá ya estaba perdiendo la cabeza al no saber noticia alguna de mí, de mamá en el hospital sin reponerse, el Nonno con sus negocios esparció por todo Roma mi fotografía y la del chofer quien lograron capturar al intentar salir en el aeropuerto pues quería fugarse a Zúrich y le perdieran la huella. No pudo más, corrió al primer bar que encontró tomó unas copas y se armó de valor saliendo a preguntar a cuanta persona se le cruzara en el camino a quien me allá podido haberme visto. Cuando llegó a la plaza España y me encontró.
Corrió al llegar al hospital con mamá y le explicó todo, ella reacciono débilmente, lo miro a los ojos y le hizo prometerle que me cuidaría con mi vida que nunca me volvería a pasar algo similar sin importar mi imprudencia de estar embarazada tan joven no me reprendiera por ello, que no dejaría que nada me dañara y que celebrará que continuaba viva que eso era lo que en verdad importaba, y que nos amaba, papá la tomo de la mano al mismo tiempo que le dio un delicado beso en sus finos labios sintió como cayo su mano. Mamá murió en los brazos de papá el 25 de diciembre con el consuelo de que estaba viva y que tendría el nieto que tanto deseaba pues nunca tuve hermanos ya que mamá era muy enfermiza como lo era yo antes del secuestro.
Le prometí a los tres que ya nada me dejaría caer y que continuaría la vida papá rogaba que no me sintiera culpable por la muerte de mamá pues todo fue planeado por unos ex socios suyos que lavaban dinero cuando los descubrió demando inmediatamente pero contó que ellos buscarían vengarse.
Salimos del cementerio ya estaba oscureciendo. Durante el trayecto no paraba de hacerme más preguntas, en ninguna parte de la casa se encontraban fotos mías ni de mi madre, papá intuyo mis pensamientos me tomó de la mano diciendo – Sé que nunca te di ninguna foto, quise tener mi luto sin tener que forzarte a sufrir más ni que te fueras a sentir culpable al recordar si veías su imagen- saco su cartera una pequeña foto, mire fijamente con la tenue luz de la calle y era una foto de los tres, si era verdad, éramos dos gotas de agua mamá y yo, aunque en la foto me veía más pequeña pero no me diferenciaba nada de mamá.
- ¡Es hora de regresar a casa! – dijo papá bajando de la camioneta. – prepara tus maletas partiremos a las 6 am- termino diciendo entando en la casa donde ya no estaba ningún invitado y Martha nos recibía.
- Está bien papá…- él volteo a mirarme admirado pues no le había dicho papá en todos estos meses, me abrazo y beso mi frente.
No dejo de abrazarme, entramos a la casa y me dirigí a mi habitación a terminar mis maletas que ya había comenzado a hacer Martha. Me cambie dejando el vestido dorado que ya estaba lleno de polvo de la cripta. Martha me dio mi pijama despidiéndose de mi para cerrar la puerta y disponerme a dormir. Mucha información corría por mi cabeza nuevamente, abrace mi almohada llorando amargamente otra vez, no dormí nada esa noche.
Salimos de aquella casa a las 6 am en punto, pude ver Roma en todo su esplendor cuando recorrimos sus principales calles, era como si papá supiera que necesitaba despedirme de todo esto, de lo que aquí pase, de lo que perdí, de despedirme de mi antigua vida. Si tan solo supiera que no he me he podido ir de aquí, que llegó a Roma cada 24 de diciembre al terminar la cena de navidad con los Nonnos.