" ¡Huye!"

1094 Words
-¡ Que más de quien sea…!- grite -  no soy quien tanto dices- me solté de sus brazos - Pero si eres tu- lloraba el chico misterioso - Escucha no sé quién seas, ni con quién me confundas- intento caminar hacia la calle más próxima cuando siento que me vuelven agarrar del brazo. - ¡Espera!- grita el chico quien me gira para terminar viendo sus profundos ojos negros dejándome perpleja, él se percata y me abraza por la cintura acercándome cada vez más a su rostro pidiendo sentir su delicioso perfume y su fresco aliento a hierbabuena, mis mejillas comienzan a calentarse y a tomar un color carmín a lo que el reacciona con un leve suspiro ahogado, posa su mano en mi mejilla, comienzo a sentir su calor, mis manos las posa en su pecho, el palpitar de su corazón termina haciendo sincronía con el mío, sin darme cuenta posa sus labios con los míos, mi cuerpo y  mi mente no reaccionan, no puedo contener estás sensaciones termino correspondiendo al beso de aquel extraño, sus labios son tan suaves, su aroma me invade completamente, su mano continua en mi rostro acercándose y haciendo aún más profundo aquel beso, mi cuerpo comienza a vibrar. Su mano en mi cintura cada vez me acerca más a su cuerpo, logra sentir lo fría que estoy pues me estremezco al sentir su calor, con la mano que tiene en mi rostro saca del bolsillo en su abrigo una bufanda para luego de separarnos de aquel apasionado beso me la coloca alrededor de mi cuello moviendo mis rizos dejando caer algunos copos de nieve, colocando su frente a la mía inmediatamente volviendo a tomar de mi cintura. Después de perder a mi bebe no volví a querer tener una relación con alguien.  ¡Quién eres! ¡Ya he sentido esto! Por qué no puedo huir, ni siquiera lo conozco. Después de la perdida de mi bebe no quise volver a intentar tener una relación con algún chico, papá se alegraba de mi decisión, a pesar de que más de un chico guapo se ha intentado acercar a mí, pero él, que me pasa, me siento débil. Acerca su frente a la mía, vuelve a besarme pero más dulce, con miedo, de una manera tan frágil. -          ¡Margot…!- me dice en un susurro, haciendo que caiga en cuenta que me está confundiendo. -          ¡Espera!, ¡Ya te dije que no soy Margot! ¡Me estás confundiendo y esto no debió pasar!- le digo alejándolo de mi tratando de huir. -          No espera no te vayas -  me toma de la mano izquierda tratando de impedir que me quite su abrigadora bufanda. Lo miro fija a sus ojos con una mirada amenazadora, el me mira con dolor. El comienza a observar mi mano izquierda y nota mi extraño lunar que tengo, sonríe acerca a sus labios rosas y la besa como todo caballero haciendo cambiar mi semblante por la sorpresa. -          ¡Lo siento! ¡Te necesitaba… Te necesito… y te necesitaré siempre!- me dice entre sollozos y leves suspiros intentando acercarse a mis labios para besarme nuevamente. -          ¡Oye ya basta!- le gritó alejándolo de mi pero no suelta mi mano. - No sé quién seas, yo no soy Margot y esto no debió de ocurrir- le gritó molesta, aunque la verdad estoy completamente confundida. -          ¡Hay está!- se retumba el grito de una voz gruesa al otro lado de la fuente haciéndonos voltear. -          ¡Diablos! ¡Corre!¡Vete rápido!¡Corre y no voltees atrás!- me ordena gritando. -          ¿Qué?- digo confundida, el hombre se va acercando cada vez más, el chico me cubre mi cabello con su bufanda tratando de cubrirme con su cuerpo. -          ¡Maldita sea! Vas a correr, no  voltees y pero sobre todo ¡Pinta tu cabello más oscuro para que no te reconozcan!- me ordena haciéndome correr hacia la calle que está más cerca. -          ¡Corre!- no digo nada solo logro hacer rápido lo que me ordena.  Escucho como el corre hacia el hombre que escuchamos. Y ¿Qué pintara mi cabello?. Esto no tiene sentido. Un auto se aproxima a mis espaldas, el crujir de la nieve me hace entender que no es solo un hombre, son tres. Las voces de aquellos hombres insultaban al chico, comencé a escuchar como comenzaron a golpearse, no puedo voltear corro sin mirar atrás, de pronto al bajar la acera de la calle se transforma en un apartamento pequeño y modesto, topo con un par de puertas color marrón que golpeó firme mente pero no sé abren, intento girar y girar las perillas pero no funcionan tienen llave, se escuchan risas y pisadas tras de mí, se van acercando rápidamente, intento correr a una esquina del apartamento y caigo al suelo lastimándome con la nieve, ¿Qué es esto? ¿Otra visión?. El golpe me trajo nuevamente a mi huida, continuo corriendo en lo que escucho golpes y quejidos de los hombres que luchan tras de mí, las solas calles hacen eco de todo, estoy por terminar de cruzar la calle cuando se escucha la puerta de un auto cerrándose y arrancando a toda velocidad sin importarle la densa nieve, no puedo escuchar bien hacia donde se dirige el auto. Visualizo la entrada a la calle intento entrar pero el motor del auto se escucha cada vez más fuerte, entrando a la calle busco refugio en un contenedor de basura grande, maloliente y de color n***o que está afuera del primer edificio, escucho como se va alejando un poco el motor del auto hasta perderse en el silencio, salgo del improvisado escondite y continuo cambiando tratando de calmar mí respiración, tengo que encontrar a Lino. De pronto vuelvo a escuchar nueva mente cercas el motor y comienzo a correr una vez más, la bufanda color beige se cae de mi cabello quedando únicamente en mi cuello dejando volar mis rizos, tengo que correr, no recuerdo donde se estacionó mi chófer, pero tengo que encontrarlo antes de que me vuelvan a secuestrar, pienso en papá, en mi bebé, en toda mi recuperación cuando tropiezo con un pequeño letrero que sobresalía tirado en la calle " ¿Y si hoy si me matan?..." Me inunda un pánico aún mayor comienzo a llorar en el suelo, me levanto y continuo huyendo sin un destino fijo. El motor del auto se acerca cada vez más y mis pies ya no reaccionan. ¡Stefano...! 
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD