Narra Ethan. La luz de la mañana iluminaba su cara. Sentí el deseo irrazonable de tocarla, y no de una manera s****l. Apoyado en mi codo, la observé dormir plácidamente. Ella se movió, separando los labios en un suave suspiro. Me levanté y saqué las piernas de la cama, dándole la espalda. La cama se movió. Lancé una mirada por encima del hombro a Lena, que estaba sentada, frotándose la cara enmarcada por el cabello desordenado. Al notar mi atención, sus ojos se encontraron con los míos. Ella sonrió vacilante. La luz de la mañana no fue amable conmigo porque elma se veía absolutamente encantadora en una forma muy adolescente. —Buenos días. Tenemos que prepararnos—dije. Ella tomó mi reloj de la mesita de noche. No tendríamos luna de miel, (en mi primer matrimonio tampoco la tuve) ya que