CAPÍTULO CATORCE Catalina no había navegado nunca antes y debería haber estado fascinada con la emoción de la nueva experiencia. Debería haber pasado el tiempo corriendo por todos los rincones del barco de transporte, desde los pantoques más bajos hasta arriba del todo de la cofa. Al menos, debería haber podido pasar el viaje con Will y encontrar un lugar tranquilo en algún lugar para estar juntos. En cambio, pasaba el viaje hasta Carrick consumida en una mezcla de temor y culpa. El temor venía de la tensión que corría por todos los hombres del barco. En un espacio tan reducido, el poder de Catalina podía alcanzar casi de manera aleatoria a una docena de hombres preocupándose por las historias sobre la impenetrabilidad de Carrick, o las historias del talento para la guerra del Maestro d