CAPÍTULO DOCE A Catalina le costó un rato calmarse lo suficiente como para darse cuenta de que no podía seguir corriendo para siempre. Aún peor, significaba que todavía estaba reaccionando a Siobhan, haciendo todavía lo que la mujer del bosque quería que hiciera. Se obligó a sí misma a andar, a pensar. Entonces regresó en dirección a los campos de entrenamiento y al regimiento de Lord Cranston. Catalina podría haberse dirigido a la herrería, pero no lo hizo por dos razones. Una era que si Siobhan mandaba cualquier tipo de problema tras ella, los soldados estarían mejor equipados para ocuparse de él de lo que lo estaban Tomás y Winifred. Otra era que tenía que regresar al regimiento en algún momento, o la buscarían por deserción. Lord Cranston le había dado un poco de tiempo tras la vict