Lek bril aba por dentro y por fuera y casi no pegaba un ojo; se sentía tan "en casa" con este. Se despertaron a las diez de la mañana. Lek ya había estado despierta durante horas, pero fingió despertarse cuando Craig se movió y Lek lo besó en la mejil a y corrió al baño para darse la primera ducha, como había hecho el día anterior. Salió vestida y con una buena idea. "Craig, cariño, ¿puedo elegir ropa para que te pongas hoy, por favor?" "Está bien, claro, estaría bien", respondió y ella lo condujo al baño. Ahora tenía que salir con una toal a. Quince minutos después, Craig emergió envuelto en una toal a, con su ropa vieja, que Lek le quitó. El a comenzó a secarle la espalda con la toal a y a ponerle talco en polvo. “Por favor, acuéstate en la cama, te doy masaje y