Carmela pensó en lo mucho que habría disfrutado el Conde organizando todo un país, pero comentó con voz alta:
—He descubierto que mucha gente cree saber lo que es mejor para uno, pero la persona que tiene carácter debe decidir las cosas por sí misma cuando le atañen en lo personal.
—Eso es lo que quería hacer— contestó el Príncipe en voz baja—, pero Gabrielle me aconsejó que debería pensar en Horngelstein y olvidarla a ella.
—Si dijo eso, estoy segura de que lo ama mucho.
—¿Lo cree así?
—¡Por supuesto! Si una mujer ama a un hombre con todo su corazón, querrá lo que juzgue mejor para él, a pesar del sacrificio que signifique para ella.
Carmela estaba segura de que, para cualquier mujer, y en especial para una francesa, significarían mucho el rango social y el título. El hecho de renun
