|Jamie|
Mi vista se mantenía en el amanecer, era horrible, esa bella imagen no iba con lo que estoy pasando, por esa razón lo convertía en una vista para nada agradable. Me encontraba cubierto por una sábana sucia por mi sangre, sentado en la alfombra gris con la espalda recostada en la esquina del ventanal. Al querer moverme las cadenas que me tenían prisionero resonaron por el silencio de la habitación. Yarek dormía tranquilamente, esa imagen tampoco iba, el durmiendo tranquilamente después de lo que me hizo...
-¿Desde ahora será así?...- me pregunté aferrándome más a las sabanas y ocultando mi rostro en mis piernas.
-Así es, así que acostúmbrate-
Mi rostro de arrugó al sentirme desesperado, volví a llorar, no se como es que todavía no se me acaban las lágrimas de tanto llanto.
-Mír
